La oportunidad de Latinoamérica
La región afronta la crisis en una situación macroeconómica razonable
A estas alturas de la película, ya no se puede negar que la crisis internacional es más que un ligero azote. Los economistas coinciden en destacar, además, que se han acumulado en el mismo lugar y al mismo tiempo todos los shocks negativos posibles (energéticos, financieros, cambiarios, inmobiliarios, proteccionistas, de confianza...) y no logran acordar por cuál hay que empezar a arreglar la situación ni el tiempo que va a durar.
En este panorama, las empresas españolas han dirigido inevitablemente sus miradas a Latinoamérica, donde han depositado muchas esperanzas y, sobre todo, muchas inversiones. En esta ocasión, las constantes vitales aparecen mejor que nunca. Aunque siempre hay nubarrones en forma de inflaciones amenazantes y actuaciones gubernamentales poco edificantes, la economía se presenta ante esta crisis con un crecimiento durante los últimos cinco años y una previsión del 4,2% en 2008 (sólo cuatro décimas menos que la de septiembre de 2007) y del 4% en 2009; cuentas fiscales y externas ordenadas; acumulación de reservas y reducción del endeudamiento gracias a las crecientes exportaciones; incremento de la inversión exterior; aumento del empleo, al mismo tiempo que de la clase media (aunque la pobreza aún alcanza a entre la tercera y dos terceras partes de la población, según el país)... No es que aquello sea Jauja (por cierto, una comarca de Perú), pero los equilibrios macroeconómicos mantienen un tono envidiable que permite afrontar esta crisis con una razonable tranquilidad.
Latinoamérica puede estar ante "la gran oportunidad para consolidar definitivamente un patrón de desarrollo sostenible y acabar con la maldición histórica de la región". Son palabras de Francisco Luzón, consejero y director general responsable de Latinoamérica del Banco Santander, en la clausura de un encuentro en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) esta semana. Una tesis respaldada por los casi 30 economistas de España y Latinoamérica que analizaron la realidad de la región durante una de las jornadas dirigida por el secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias.
El debate se centró, y se centra, en si la región debe aprovechar este momento para cambiar el modelo, como pide Luzón, ("en el largo plazo nuestro modelo es insostenible y en el corto tiende a ser inestable y volátil") o hacerlo cuando pase la crisis. No hay recetas mágicas ni modelos preconcebidos, pero la prosperidad favorece los consensos políticos para abordar las reformas necesarias. Cualquier reforma que sirva para avanzar siempre será buena para las empresas allí radicadas y que, en el caso español, son todos los grandes grupos, además de Santander y BBVA.
Evidentemente Luzón, hombre en el que Emilio Botín ha depositado su confianza para el desarrollo del banco en Latinoamérica, arrimó el ascua a su sardina. Lo que le interesa, y lo que la región necesita, es ampliar su presencia, eso que en la jerga bancaria llaman "bancarización", con la que extender el ahorro y los servicios bancarios entre el público, aunque provoque la paradoja de elevar el consumo y, con él, el riesgo de inflación. Pero queda claro que sin bancos los ciudadanos no pueden ahorrar o recibir créditos y lo mismo las empresas.
Las cifras muestran notables mejoras para un sector en el que Santander y BBVA son muy activos en Latinoamérica: en los ocho mayores sistemas financieros (Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, Colombia, Venezuela, México y Puerto Rico) se ha pasado de 143 millones de clientes en 2004 a 189 en la actualidad, lo que da una media de 12 millones al año de crecimiento. Brasil (17,5 millones de nuevos clientes), México (9,5) y Chile (1,8) copan el 62% del aumento. Con una población de 550 millones, esos casi 200 millones de clientes apenas suponen un tercio del total, por lo que queda mucha "bancarización" por hacer.
El 40% de los beneficios anuales depende ya de la región. No extraña que los bancos españoles estén tan volcados. El Santander, por su parte, quiere acabar este año con más de 7.000 oficinas en la región y encabezar el ranking después de haber añadido las 2.000 del Banco Real brasileño, cuya integración definitiva se decidirá el 30 de octubre. También si se mantiene el nombre de Real y por cuánto tiempo. Brasil y México se han convertido en las principales bases de negocios en Latinoamérica del Santander y BBVA, su plataforma además para saltar a Estados Unidos.
Solbes y la banca arriman el hombro
El debate sobre el uso de la palabra crisis es cada vez más irrelevante. Lo importante es enfrentarse a ella, adoptar medidas y que el Ejecutivo encuentre el apoyo de los empresarios. Esta semana el vicepresidente Pedro Solbes lo tuvo del director general del Santander, Francisco Luzón. "La inflación es el impuesto más demoledor que pueda existir y no la deciden los Parlamentos", dijo Luzón. Sólo México y Perú están hoy por debajo del 5% (un nivel que por otra parte también ha alcanzado España). -
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