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12º Congreso del PP vasco

Basagoiti quiere que el PP "gaste suela"

El nuevo líder de los populares vascos cree que "no todo vale para ganar unos votos" y advierte al PNV que su vocación no es "agradar ni saciar al nacionalismo"

Del Palacio Euskalduna salió ayer un nuevo PP vasco. Más fortalecido, gracias a la integración lograda por el líder de consenso, Antonio Basagoiti, un presidente que ya quiere poner al partido a "desgastar suela" para sumar el máximo de apoyos sociales. Desplegando "confianza" y "certezas" ante los ciudadanos, una sociedad, la vasca, que ve "muy madura y sensata" y que no soporta por más tiempo el "engaño" que llega desde las políticas nacionalistas que nacen en Ajuria Enea.

Nace también un nuevo partido más fuerte, porque lo que queda del sector crítico está mucho más debilitado y dividido que cuando comenzó el pasado viernes el cónclave popular en el auditorio vizcaíno. Sin figura de referencia, tras la desaparición de la primera fila política de María San Gil y que, además, no está dispuesto a dar la batalla interna. Al menos hasta las próximas elecciones autonómicas vascas.

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La etapa San Gil, la que llevó al PP vasco a quedarse casi fuera del tablero político, la que obligó a esta formación a encastillarse en la defensa de los principios básicos a cualquier precio. Incluso al de ver como se iba agrandando una sima con el PSE de Patxi López.

Pero todos ellos, críticos (61 votos en blanco) y oficiales (284 síes), mirando a las elecciones autonómicas, donde el PP se la juega. La propia Regina Otaola, alcaldesa de Lizartza y firme defensora del legado de San Gil, en conversación con este periódico, renovó su apoyo al nuevo líder. Mientras sonaban los aplausos en el Euskalduna tras conocerse los apoyos logrados por el nuevo líder. "Con Antonio Basagoiti, siempre, con otros de su Ejecutiva, no tanto", admitió. Fue uno de los 61 blancos que ayer ponía en evidencia que una parte, aunque pequeña, no avalaba con su voto el cambio operado en el partido. Otaola añadía que este proyecto renovado "tiene que ver si obtiene el apoyo de los ciudadanos en las urnas".

El nombre propio más pronunciado y que más aplausos ha arrancado en los dos días que ha durado el 12º cónclave popular ha sido el de María San Gil. Pero la palabra de futuro ha sido integración. Y según ha admitido el propio Basagoiti, San Gil parece que no quiere jugar en el campo de la integración. Podía dar la impresión de que la idea del nuevo presidente de los populares vascos de dejar un hueco sin llenar en los cinco puesto de la dirección de libre designación por parte del líder podía tener ese objetivo. Pero fuentes cercanas a Basagoiti aseguraron ayer que "no le ha motivado eso para dejar un hueco libre" en esa Ejecutiva.

De hecho, San Gil no quiere nada. Ni Mayor Oreja. En lo que a cargos internos se refiere. Está por ver si alguno de ellos tiene intención de poner en valor el esfuerzo de integración que ha hecho el equipo de Basagoiti en la ponencia política a la hora de aceptar la música (la letra se ha dulcificado un poco) de la famosa enmienda en la que se acusaba al PNV y a EA de obstruir la lucha contra el terrorismo.

El buen ambiente, las ganas que tenían los peperos vascos de pasar página, de volver a sonreír tras los problemas surgidos con la dimisión de su apreciada líder, María San Gil, fueron patentes dentro y fuera del Euskalduna. En el interior, cuando toneladas de aplausos obligaron ayer a un emocionado Carmelo Barrio, secretario general de esta formación durante 12 años (etapas Iturgaiz y San Gil), a levantar la mano en señal de agradecimiento. Fueron aplausos sentidos, no impostados. Y se produjeron tras las palabras de Basagoiti de que no puede permitirse el lujo de "prescindir" de él.

O fuera, cuando por ejemplo Iñaki Oyarzabal, nuevo secretario general del partido, entró tarde la noche del viernes en un conocido restaurante asiático de Bilbao entre aplausos. Le esperaba una veintena de cargos y amigos del partido con los que compartió mesa y mantel. Entre ellas la parlamentaria alavesa Laura Garrido o Marimar Blanco, la hermana del concejal de Ermua asesinado hace ahora justo 11 años.

"Lo hemos conseguido, lo hemos conseguido", le decía ayer Alfonso Alonso, el líder alavés, a Basagoiti, ante la atenta mirada de la guipuzcoana María José Usandizaga (que realizó una intervención muy cuidada, sin estridencias, poniendo en valor la etapa San Gil y su figura política, pero mirando hacia adelante.

Acababan de conocer el resultado de la votación: 82,3% a favor de la plancha que encabezaba el nuevo presidente. No era el 87% que logró San Gil en el anterior cónclave, pero era mucho para la situación de crisis interna que arrastraban tras el portazo de su anterior presidenta, ya ausente.

En sus dos discursos de ayer, Basagoiti ofreció "entendimiento" y "diálogo", pero dejando muy claro al peneuvista Urkullu que "el actual PNV es un elemento de enfrentamiento y división entre vascos". Y que no caben desafíos a la nación española o desprecio a la lengua castellana desde las instituciones vascas. "No todo vale para sacar votos", recordó un Basagoiti que salió del Euskalduna con "la mano tendida", pero recalcando que su vocación no es "agradar ni saciar al nacionalismo". Más bien sustituirlo. Y para eso hay que gastar mucha suela.

Mariano Rajoy posa, al término del congreso, con los componentes de la nueva dirección del PP vasco, que encabeza Antonio Basagoiti.
Mariano Rajoy posa, al término del congreso, con los componentes de la nueva dirección del PP vasco, que encabeza Antonio Basagoiti.PRADIP J. PHANSE

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