Hiperactivos, pero sin impacto

El segundo Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha batido récords en actividad legislativa en los primeros 100 días. Que este sea un dato sorprendente demuestra que la crisis económica ha devorado la imagen del Gobierno casi tan rápido como ha secado el superávit. El Gobierno ha enviado a las Cortes siete proyectos de ley antes de las vacaciones. Por primera vez desde que las elecciones caen en marzo (1996, 2000, 2004 y 2008), en 100 días se ha completado la aprobación de un proyecto en el Congreso y en el Senado, la ratificación del Tratado de Lisboa.

El segundo Gobierno de José María Aznar, que tomó posesión en abril de 2000, envió a las Cortes ocho proyectos de ley. Pero hay que matizar que cinco de ellos eran créditos extraordinarios. Este tipo de leyes ya no se hacen, desde que existe la Ley de Estabilidad Presupuestaria. El primer Gobierno de Aznar sólo envió tres leyes (una de ellas también era un crédito extraordinario). El primer Gobierno de Zapatero envió dos leyes al Parlamento.

Por tanto, el Gobierno actual ha batido todos los récords en actividad legislativa.

Arrancó la legislatura cumpliendo su principal promesa electoral, con un decreto de medidas urgentes para hacer frente a la situación económica. Los famosos 400 euros. La medida, que costó más de 6.000 millones a las arcas del Estado, se quedó obsoleta ante la virulencia del deterioro económico. Sin embargo, a principios de julio Zapatero todavía la defendía en el Congreso como parte importante de su gestión para hacer frente a la crisis.

Tampoco el PP, que ha logrado notables éxitos parlamentarios poniendo en evidencia el desconcierto del Gobierno, parecía ver venir la crisis. En su programa electoral, hace sólo cuatro meses, prometió un crecimiento económico del 4%, un superávit del 3% y 2,2 millones de puestos de trabajo para la legislatura.

En sus segundos primeros 100 días, Zapatero ha realizado tres viajes oficiales, ha estado en cinco cumbres multilaterales y ha mantenido 27 encuentros cara a cara con jefes de Estado y de Gobierno. En el mismo periodo de 2004, viajó a dos cumbres, visitó al ex primer ministro británico Tony Blair y al papa Juan Pablo II y se entrevistó con otros 10 líderes internacionales. La mitad de lo que ha dado de sí 2008.

Cuando el país no estaba en crisis, sino en "dificultades objetivas" o en "desaceleración acelerada", una huelga del sector del transporte por carretera contribuyó a multiplicar la sensación de caos. A principios de junio, un pequeño porcentaje del sector, ahogado por los precios del combustible, logró paralizar fronteras y circunvalaciones, y amenazó grandes ciudades con el desabastecimiento. La situación fue controlada por las Fuerzas de Seguridad cuando ya las imágenes de sabotajes y colas kilométricas ante gasolineras desabastecidas llenaban los telediarios. La intranquilidad llegó a vaciar las tiendas de productos básicos en algunos lugares.

En este contexto, el presidente del Gobierno suspendía la semana pasada en valoración ciudadana en una encuesta de EL PAÍS hace una semana, con un 4,8, por debajo de Leire Pajín y José Antonio Alonso. En julio de 2004, su valoración era del 5,92. La valoración de Aznar al comienzo de su segundo mandato se mantuvo en un 5,5 meses después de las elecciones.

Mientras busca soluciones a "la crisis más compleja que hemos vivido", según Pedro Solbes, el Gobierno cumple sin la más mínima repercusión social su programa electoral. Según reza una nota oficial, este mes ha aprobado la distribución entre las comunidades autónomas de 428 millones de euros para que sea gratis la educación infantil de tres a seis años.