Irán se niega a dar una respuesta sobre su programa nuclear
La primera negociación con presencia de EE UU se aplaza dos semanas
Javier Solana y la comunidad internacional, con Estados Unidos presente por primera vez en la discusión, se quedaron ayer sin la esperada respuesta a la oferta, realizada el mes pasado en Teherán, de entrar en un periodo de prenegociación sobre el programa nuclear iraní, que estaría precedido de un compromiso de congelar su desarrollo atómico a cambio de que la otra parte no aliente nuevas sanciones en Naciones Unidas.
"No ha habido una respuesta clara", dijo Solana, líder del equipo negociador de la comunidad internacional. "Esperamos una respuesta en un par de semanas". Un portavoz del Departamento de Estado norteamericano instó a Irán a "elegir entre la cooperación y la confrontación". Si decide cooperar, añadió este portavoz, "sería beneficioso para todos", mientras que no hacerlo "aumentaría su aislamiento".
Irán lleva dos años dando largas a los intentos de la comunidad internacional de tutelar el desarrollo de su programa nuclear, que Occidente sospecha dirigido a conseguir el arma atómica, y esta semana se había creado la impresión de que, por fin, Teherán daría una respuesta. La sensación de que algo iba a ocurrir en la reunión de Ginebra se vio realzada por el hecho de que por primera vez acudiera a la cita un alto representante de Estados Unidos, el número tres del Departamento de Estado, William Burns. Suponía un cambio copernicano en la estrategia de George Bush frente a la República Islámica y se esperaba que Teherán recogiera el guante.
Habrá que seguir esperando. "[Tras varias horas de] discusiones constructivas para subrayar a los iraníes el claro compromiso de que nuestras propuestas son serias y de la oportunidad que tienen de volver a participar en la comunidad internacional", dijo Solana, "no hemos tenido una respuesta clara que esperábamos". No hubo ni un "sí" ni un "no" al llamado plan de congelación de desarrollo nuclear a cambio de congelación de sanciones. Los negociadores iraníes vuelven ahora a Teherán y allí espera Solana que se acuerde la respuesta. Las dos partes intercambiaron nuevos papeles sobre la estrategia a seguir, con la comunidad internacional insistiendo en el principio de "congelación por congelación" durante unas pocas semanas (el tiempo necesario para definir el marco de la futura negociación que debe concluir, idealmente, con un pacto) y la parte iraní ofreciendo propuestas perifrásticas.
A pesar del súbito desinflamiento de las expectativas creadas, ambas partes hablaron en conferencia de prensa de lo positivo de la reunión. Saed Jalili, el jefe negociador iraní, recurrió a una metáfora para explicar lo que había vuelto a ocurrir: "Esto es como una alfombra persa: lleva mucho tiempo y se avanza milímetro a milímetro. Pero el resultado final es una maravilla".
No se sabe cuándo habrá resultado final y si será una maravilla. Javier Solana sólo dijo que cuando reciba la esperada respuesta, se verá qué camino seguir. Irán pareció ser consciente de que el tiempo pasa y urge salir del parón: "Es una nueva oportunidad que no se debe desaprovechar", señaló Jalili.
Ambos negociadores valoraron la presencia en la mesa del emisario Burns, hasta el extremo de que Solana enfatizó que lo importante de la jornada había sido "la composición de la mesa, con todos los países negociadores físicamente representados". Jalili hizo notar que los puntos de vista de Washington habían estado siempre bien defendidos por Solana en el largo proceso de negociación, pero que era mejor tratar con todos en la mesa.
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