Soriano perpetúa la sombra de Soler
El nuevo presidente del Valencia recupera a Fernando Gómez, que será vicepresidente
Vuelta a lo mismo en el Valencia. A lo de siempre. Tras dos noches de confusión en las que Juan Soler, el accionista mayoritario, y Juan Villalonga, el administrador, escenificaron el abismo que les separa, Mestalla acogió ayer un nuevo teatro. El de Vicente Soriano, invitado de segunda en la relación de amor-odio de los juanes y ahora nuevo presidente de la entidad. En Soriano (dueño del 10% de las acciones) han delegado el poder político los principales accionistas: Soler (con un 37%) y Vicente Silla (con un 5%). De modo que ahora controla el 52% del capital social y tiene además una opción de compra sobre los títulos de Soler por 71 millones. Ayer, Soriano no quiso ahondar en los detalles de ese acuerdo ni respondió a la pregunta de si tiene capacidad y voluntad para hacerse con las acciones de Soler.
Va a tratar de retener a Villa y Silva y dice que tiene comprador para el viejo Mestalla
Soriano dijo ayer que es "el máximo responsable de la entidad". "Voy a gestionar el club con mi gente y a mi manera", aseguró. Pero se intuye la sombra de Soler. Su mano derecha, el anterior consejero delegado, Jesús Wolstein, será ahora director general. José Pastor seguirá siendo el secretario del consejo, además de portavoz. Y Vicente Silla, consejero y delegado del equipo.
La principal novedad es la entrada de Fernando Gómez, histórico jugador del Valencia y hasta ahora director general de Deportes de la Generalitat, que será vicepresidente y máximo responsable del área deportiva. El resto de nombres que integran el equipo de Soriano son Miguel Zorío, para el área de comunicación; Benjamín Muñoz, amigo y colega de Soler, además de secretario de la federación de promotores valencianos, y Ana Julia Roselló, para el área jurídica.
Soler y Soriano, los mayores accionistas del club, firmaron una tregua tras meses de desencuentros. Soriano había pasado de ser vicepresidente de Soler en el consejo de administración a convertirse en su gran enemigo. En febrero trajo de la mano a Villalonga, ex presidente de Telefónica, para comprar entre los dos el paquete de acciones de Soler. Y aguantó estoicamente que el padre de Juan Soler, el auténtico empresario, le llamara primero "sinvergüenza" y que Villalonga le marginara después. Llegó incluso a convocar, con el poder de sus títulos, una junta extraordinaria para pedir cuentas de la gestión de Soler y para desvelar realmente el volumen de la deuda. Pero, recientemente, forzó su desconvocatoria. Estaba reservándose una butaca en primera fila para cuando comenzara la función. Ya ha empezado.
La incursión de Soriano devuelve las cosas al sitio en el que las dejó Soler. Con la marcha de Villalonga como gestor, a quien Soler despidió por su cuenta y riesgo -le ha costado unos cinco millones de euros-, se irán también Xabier Azkargorta, nombrado director deportivo, y Pilar Vicente, directora de comunicación. Juan Sánchez trabajará junto a Fernando.
El nuevo presidente fue algo más claro respecto a los jugadores más emblemáticos: Villa y Silva, por ejemplo. Soler los había puesto en venta. Necesita dinero. Pero Soriano dijo ayer que no sólo tratará de retenerlos, sino que les mejorará el contrato. No habrá bajas de "jugadores esenciales". Y promete un fichaje. Además, auguró que en unos tres meses el club tendrá capacidad para afrontar la "tan desastrosa situación económica" de la que habló Villalonga. Explicó que está en negociaciones con una empresa que compraría las parcelas de Mestalla por 300 millones, lo que aligeraría la deuda. Deuda de la que, por cierto, no quiso hablar. Aunque sí aseguró que Villalonga mintió cuando dijo que alcanzaba los 439 millones. También explicó que otras negociaciones facilitarían la financiación íntegra del coste del nuevo estadio, unos 350 millones.
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