Enhorabuena, Carlitos
...Y la leyenda se hizo cierta esta vez; no una vez más, porque ya sabíamos que no era infalible, pero sí que se cumplió en esta ocasión, que es lo que, en realidad, le importaba a Carlos Sastre. Salió de amarillo de Alpe d'Huez y llegará de amarillo a los Campos Elíseos sorprendiendo a propios y extraños, pero no a sí mismo, que sabía bien que venía con toda la intención. Que era o este año o nunca.
O sea que Sastre ha ganado este Tour. Me lo repito, Sastre ha ganado este Tour. Me lo repito porque todos sabemos que es un corredor al que le cuesta ganar. Que siempre esta ahí, pero que siempre también se ve superado por algún otro. Pero esta vez no. Esta vez ha ganado lo más grande, lo que para la mayoría de los ciclistas es el sueño que nunca verán hecho realidad. Él, sí, y no hay muchos que puedan decir lo mismo.
El único capaz de hacer diferencias en la montaña y de defenderse más que dignamente en la contrarreloj
Y es que, además, va a ser el ganador merecido porque ha sido el único capaz de hacer diferencias en la montaña y de defenderse más que dignamente en la contrarreloj. Ha tenido también al mejor equipo en la carrera (¿alguien lo duda?) y ha tenido que lidiar también con la limitación táctica que implicaba ser compañero del líder en los días decisivos.
Debo confesar que yo le daba más crédito a Evans. No mucho más, pero mi balanza se inclinaba ligeramente hacia el australiano. El viernes, en la tertulia después de la cena, discutimos sobre ello. Estábamos mis compañeros y yo y un par de compañeros de Sastre para dar la nota discordante. Curiosamente, eran ellos los que le concedían menos opciones al español frente al australiano. "No es lo que me gustaría, por supuesto", dijo uno de ellos, "pero es claramente inferior en la especialidad. Y es que, en esa distancia, un minuto y medio te cae sin enterarte. Y eso que sería una pena que perdiesen el Tour después de lo que han trabajado...". "Ya, dijo el otro, más optimista, pero piensa que Carlos siempre hace mejor la última crono que la primera y este año en la primera ya lo hizo decentemente".
En lo que todos estábamos de acuerdo, compañeros o no, era en que Menchov subiría al podio final. Unos tercero, otros segundo, pero todos le veíamos acompañando al de amarillo. Y Denis cumplió el pronóstico. Hizo lo esperado, es decir, ser el mejor de entre los favoritos. Pero es que Kohl estuvo estratosférico y se agarró al podio de manera inesperada. Mis compañeros de equipo, que fueron compañeros suyos en el Rabobank amateur, no salían de su asombro. Tercer peldaño del podio para el austriaco, el que ha sido sin duda ninguna la gran revelación del Tour de este año.
Y esto es lo que ha dado de sí el día en el que, por cierto, volvió a ganar Schumacher, el gran favorito visto lo visto en la crono anterior. Pues vale.
Enhorabuena, de nuevo, Carlitos y que disfrutes del sueño. Y no te doy las buenas noches porque este sueño durará más de una noche. Quizá te dure toda la vida.
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