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El conflicto del Cáucaso

Rusia impulsa la independencia de las regiones rebeldes

Voto unánime del Parlamento a favor de reconocer a Abjazia y Osetia del Sur

El Parlamento ruso votó ayer de forma unánime a favor del reconocimiento de las regiones separatistas de Abjazia y Osetia del Sur como Estados independientes de Georgia. Aunque la decisión final la deberá tomar el presidente, Dmitri Medvédev, responsable de la política exterior, la iniciativa del legislativo amenaza con agravar aún más las tensas relaciones entre Moscú y Occidente. Mientras, el Kremlin afirmó que Rusia está preparada para afrontar cualquier sanción de la OTAN en el marco de esta crisis.

Los diputados y senadores rusos interrumpieron sus vacaciones para pedir a Medvédev que reconozca la soberanía de estos territorios, que gozan de una independencia de facto desde principios de los noventa, después de que ganaran sendas guerras lanzadas por Georgia para acabar con la autonomía que ambas regiones tenían en la época soviética. Además, la Duma (cámara baja) estatal hizo también un llamamiento a los parlamentos del mundo para que reconozcan la independencia de estas regiones. El Senado votó a favor de permitir el envío de más soldados a la zona de conflicto con Georgia.

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Está claro que las sesiones extraordinarias de ambas cámaras se realizaron con el visto bueno del Kremlin. Tanto el Senado como la Duma están controlados por el partido Rusia Unida, que encabeza el primer ministro, Vladímir Putin. Fue precisamente Putin, en sus tiempos de presidente, el primero en advertir que Rusia podría reconocer a esas repúblicas secesionistas.

Al argumentar por qué Occidente no debía reconocer a Kosovo -en febrero se declaró independiente de Serbia de forma unilateral-, Putin señaló que crearía un peligrosos precedente jurídico, ya que no veía "ninguna diferencia" en el caso de los kosovares, los abjazos y los surosetios.

Ahora todo depende de Medvédev. Él puede usar las votaciones de las cámaras rusas como un elemento más de presión en sus relaciones con Occidente, y dar largas al asunto. O puede reconocer a las regiones separatistas cuando lo considere más adecuado.

Los politólogos rusos están divididos en cuanto a la conveniencia de reconocer a Abjazia y Osetia del Sur y, entre los partidarios de ello, en cuanto al momento de hacerlo. El principal argumento de los contrarios al reconocimiento es que creará un precedente peligroso para Rusia misma y recuerdan el caso de Chechenia. "Tendrá resultados desastrosos, incluso para Rusia", afirmó ayer el presidente de Georgia, Mijail Saakashvili.

En cualquier caso, la iniciativa del legislativo ruso puede ser un obstáculo más para que la ONU apruebe una resolución sobre la crisis, dado que países como Estados Unidos se niegan a poner en duda la integridad de Georgia, gran aliado de Washington y aspirante a entrar en la OTAN. El presidente George Bush pidió ayer a Medvédev que "cumpla sus compromisos y no reconozca estas regiones separatistas". La Casa Blanca anunció además que el vicepresidente, Dick Cheney, viajará la semana próxima a Tbilisi para reunirse con el presidente georgiano, una visita que puede enfurecer aún más al Kremlin.

Rusia y Georgia libraron una breve guerra este mes después de que Tbilisi enviara a sus soldados a Osetia del Sur para intentar reconquistar la región prorrusa. Los soldados rusos invadieron entonces Georgia con el argumento de defender a sus conciudadanos. Finalmente, hubo un alto el fuego y el grueso de las tropas rusas salió del país el viernes pasado, aunque han dejado algunos soldados en territorio georgiano. Su objetivo es mantener la paz, según el Kremlin. Occidente dice que viola el acuerdo y la OTAN ha decidido enfriar sus relaciones con Rusia.

Desde su residencia de verano en Sochi, a orillas del mar Negro, el presidente Medvédev dio señales tanto positivas como negativas para Occidente. Durante la entrevista que mantuvo con su homólogo moldavo, Vladímir Voronin, afirmó que hay buenas perspectivas para solucionar el problema del Transdniéster, otro de los enclaves secesionistas de la antigua URSS. Esto puede ser interpretado como una señal de que Rusia está dispuesta a sacrificar el Transdniéster como concesión a Occidente, pero no está dispuesta a ceder con Abjazia y Osetia del Sur. "Después de que el líder georgiano perdiera la cabeza, como ellos dicen, todos los problemas se agudizaron y estalló el conflicto militar", dijo Medvédev. "Ésta es una advertencia seria para todos", añadió. El "error de Georgia" no puede repetirse, dijo.

A la hora de referirse a las relaciones con la OTAN, el dirigente ruso volvió a la retórica más dura. "Si deciden romper completamente las relaciones, nada grave ocurrirá a Rusia", declaró. "Estamos preparados para aceptar cualquier decisión", sentenció.

Soldados rusos seguían ayer patrullando el puerto de Poti, el segundo de Georgia. El mando militar anunció que se realizarán inspecciones de rutina de las mercancías que llegan hasta allí. Pese a la indignación de Tbilisi y Occidente, las tropas rusas también siguen presentes en unas zonas de seguridad que han fijado en territorio georgiano. El Ejército ruso tampoco permitirá vuelos de exploración de aparatos georgianos sobre la zona en conflicto.

Mientras tanto, Osetia del Sur acusó a los georgianos de haberse apoderado ayer de la localidad de Mosabruni y más tarde informó del arresto de un grupo de policías georgianos en la aldea de Mugut. Unidades del Ejército de Tbilisi regresaron a su base militar en Senaki, donde, según denunciaron, se encontraron con que los rusos se habían llevado las armas y la técnica militar y habían dañado la pista de aterrizaje.

Un hombre arregla las banderas de Rusia y Osetia del Sur en un edificio en la capital, Tsjinvali.
Un hombre arregla las banderas de Rusia y Osetia del Sur en un edificio en la capital, Tsjinvali.EFE

Los enclaves separatistas

OSETIA DEL SUR

- Rompe sus relaciones con Georgia en la guerra de 1991-1992, que costó la vida a varios miles de personas.

- Estrecha lazos con Osetia del Norte, región fronteriza de Rusia, que desde entonces apoya a sus vecinos, aunque hasta ahora no ha reconocido su independencia.

- La mayoría de sus 70.000 habitantes son de una etnia diferente a los georgianos, y cuentan con un idioma propio, derivado del farsi. También hablan ruso y georgiano.

- Su líder, Eduard Kokoity (44 años),

elegido en 2001, apuesta por un plan de independencia más allá de la autonomía.

- Un gran número de surosetios cuenta con pasaporte ruso.

- Son mayoritariamente cristianos.

ABJAZIA

- 10.000 personas murieron en la guerra

que mantuvo con Georgia (1992-1994) para conseguir la independencia; 250.000 más resultaron desplazadas.

- La élite de la antigua Unión Soviética elegía este paraje del mar Negro como uno de sus destinos vacacionales favoritos.

- Su presidente, Serguéi Bagapach (59 años), cifra en 340.000 la población total, aunque Tbilisi sostiene que está deliberadamente inflada.

- Casi la mitad de la población es de origen georgiano; el resto lo conforman abjazos y grupos minoritarios.

- El 80% de los residentes posee pasaporte ruso, una muestra del apoyo del Kremlin, pese a que no les ha reconocido como Estado.

- Cuentan con bandera y símbolos propios.

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