Pequeños municipios, grandes problemas

- Fuentidueña de Tajo. La escala permite comparar los problemas. Y Fuentidueña (2.180 habitantes), gobernado por Aurora Rodríguez (IU) y con un presupuesto de 2.500.000 euros también los tiene. "Nosotros vivimos de las subvenciones [un 43% del presupuesto]. Y las están reduciendo a la mitad. El problema es que muchas veces ya nos hemos gastado el dinero cuando lo notifican", explica la alcaldesa. Contaban con unos 300.000 euros por la construcción de una promoción de vivienda. La obra se ha ido al garete y ese dinero presupuestado, también. El Ayuntamiento iba a construir dos pistas de tenis; la cosa se quedará en una. Mientras la alcaldesa habla con este periódico, atiende una llamada y regaña al interlocutor por haber comprado 15 botellas de lejía para el resto del año. "Hombre, son demasiadas". Recortes severos.

- El Álamo. Hace menos de un año, el Ayuntamiento de El Álamo (7.200 habitantes), en manos del PP, advirtió a sus trabajadores que no tenía dinero para pagarles la nómina. Para algunos fue una operación publicitaria de un gobierno dispuesto a privatizar los servicios. Finalmente, los trabajadores cobraron gracias a un crédito de 630.000 euros que hipotecó la recaudación del IBI de 2008. La galopante crisis económica del Consistorio hizo caer en manos privadas la recogida de basuras, la limpieza viaria y hasta el segundo colegio público. Con una deuda de 6,5 millones de euros, el Ayuntamiento finalizará el año con un déficit de medio millón de euros.

- Daganzo. Un problema de este pequeño municipio del Corredor del Henares (7.895 habitantes) es que un 15% de su población no está empadronada, afirma su alcalde, Nicolás Pinedo (PSOE): "Muchos se empadronan en Madrid por el SER aunque vivan aquí, y eso reduce la recaudación pero no los servicios que nos exigen". Cerca del 60% del presupuesto de 2008 dependía de ingresos de construcción, pero el valor del suelo se ha depreciado y no conseguirán la entrada de activos prevista.