La policía mata a un sicario acusado de dos asesinatos

La carrera de un presunto sicario acabó ayer a las 12 de la mañana en Massanassa, un pequeño y normalmente tranquilo municipio del área metropolitana de Valencia. El hombre, de 28 años y nacionalidad española, recibió dos balazos en el pecho al volante de su coche, después de atropellar y arrastrar durante 30 metros a uno de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que trataban de detenerle. Sobre Javier, nombre del fugitivo, pesaban seis órdenes de busca y captura. Una de ellas, por su supuesta implicación en el asesinato de dos colombianos en Valencia en el año 2006. La policía cree que aquel doble crimen fue un encargo relacionado con el narcotráfico. "Era un tipo muy peligroso, un asesino a sueldo", aseguró una fuente oficial.

El policía herido está hospitalizado y sufre varias fracturas

El agente continuaba ayer ingresado en el Hospital 9 d'Octubre con varias fracturas óseas, pero no se temía por su vida. El presunto sicario fue trasladado por el SAMU al Hospital General, donde ingresó en estado crítico y falleció poco después.

Aunque la policía no aclaró el lugar en el que se inició la persecución, varias fuentes apuntaron a la pista de Silla, la entrada sur de la capital valenciana. Según esta versión, Javier abandonó la autovía, atravesó el polígono industrial de Massanassa, tomó la calle del Doctor Joan Peset, que corre en paralelo a las vías del tren, y giró hacia la calle de la Cruz, casi enfrente de la estación de ferrocarril.

A partir de ese momento no hay muchas dudas. Su Volkswagen Polo gris se encontró de frente con uno de los vehículos camuflados de la policía, que había entrado en dirección contraria. El supuesto sicario metió la marcha atrás, y trató de salir a toda velocidad golpeando los vehículos aparcados a ambos lados de la calle. En su intento por huir, arrolló a una de las motos que le perseguían y arrastró al agente hasta el cruce con Doctor Peset. "Ante el riesgo para la vida del policía", señaló un portavoz, "otro de los agentes efectuó varios disparos".

Luis Vila-Pastor, de 34 años, dueño de un taller situado en la misma calle, aseguraba que sobre el asfalto quedaron ocho casquillos de bala.

La detención del fugitivo, al que se buscaba también por su supuesta implicación en más delitos contra las personas, algunos de los cuales habría cometido en otras ciudades de España, había sido planificada por el grupo de Homicidios, y contó con la colaboración de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES). Eran en total unos 10, iban todos de paisano y conducían vehículos potentes, entre ellos, un todoterreno BMW X5 y dos motocicletas de gran cilindrada, según afirmó un testigo.

A la media hora del tiroteo, las calles de Massanassa se llenaron de policías, guardias civiles y agentes locales. "No sé cuantos había, pero era una barbaridad. Podían ser 100", comentaba Vila-Pastor. Poco antes de que el supuesto asesino a sueldo pasara por la puerta de su negocio, el mecánico arreglaba un vehículo en la misma calle, que quedó destrozado en el intento de fuga. "La verdad es que he tenido mucho miedo", añadía, "esta es una zona tranquila, nunca pasan cosas así".