Boadilla, 'punto negro' en la M-513
Ha habido cuatro muertos en tres años - El alcalde asegura que la Comunidad no lo arregla - Un policía local falleció anteayer en un choque con un autocar
Un pequeño tramo de la carretera M-513 (Boadilla del Monte-Pozuelo de Alarcón) es desde hace tiempo un punto negro para la circulación. Varias personas han perdido allí la vida. La última víctima ha sido el cabo de la Policía Local de Boadilla Eduardo A., de 42 años, que el miércoles se estampó con su coche contra un autobús. El alcalde de esta localidad, Arturo González Panero (PP), ha remitido diversas cartas a la Dirección General de Carreteras de la Comunidad de Madrid, que hasta la fecha no ha arreglado este peligroso punto.
Transportes paró en 2005 un proyecto para desdoblar la carretera
El tramo en cuestión no supera el medio kilómetro. Son tres curvas que tienen un trazado muy cerrado y que carecen de arcén. Además, el peralte está cambiado, lo que agrava los efectos negativos en caso de accidente. A eso se une que las curvas no están señalizadas con un aviso de suelo deslizante en caso de lluvia. Precisamente es con agua cuando se producen los siniestros más graves.
El último accidente mortal, el que le costó la vida al cabo de la Policía Local, se registró en un momento en que llovía abundantemente. El agente regresaba de la sede policial de Montepríncipe y, tras perder el control del vehículo, chocó contra un autobús que iba en el sentido contrario.
Un simple recorrido por estas curvas permite comprobar que los laterales de la vía están llenos de restos de vehículos: trozos de parachoques, plásticos y hasta algún piloto.
El alcalde de Boadilla criticó ayer la falta de actuación del Gobierno regional, que tiene "oportuna información" de todos los accidentes que se registran en ese punto de la M-513. "Las muertes han sido continuas en ese tramo. El año pasado fue una; en 2006 fallecieron dos, y así durante muchos años", criticó González Panero a la salida del funeral del cabo de la Policía Local. "Hoy [por ayer] es un día muy duro, porque Eduardo era una persona muy querida. Ha sido muy difícil y daremos todo el apoyo a su familia", añadió el regidor. El fallecido era hermano del jefe de la Policía Local de Boadilla y primo del jefe de Bomberos de la Comunidad de Madrid. Estaba casado y tenía dos hijos.
¿Por qué no se soluciona ese punto negro? La razón ecológica está detrás de estas curvas. El tramo discurre por el llamado Monte de Boadilla, una zona de alto valor medioambiental. Durante años, el PSOE y los ecologistas se han negado a que se desdoblara la M-513 para evitar este tipo de accidentes. Aseguran que ampliar la vía supondría talar 676 árboles, algunos de ellos centenarios. De hecho, parar en esta carretera en caso de avería o accidente resulta peligroso. Es casi imposible, ya que carece de arcén, tiene grandes badenes en los laterales y a unos cuatro metros unas vallas metálicas protegen las encinas y los pinos que hay en el monte de Boadilla.
La Consejería de Transportes anunció el 31 de agosto de 2005 que el proyecto desarrollado por sus técnicos para desdoblar la carretera estaba en fase de contratación. La inversión ascendía a 13,4 millones de euros y el plazo de ejecución era de 20 meses.
Pero el departamento que dirigía entonces María Dolores de Cospedal dio marcha atrás. Las presiones de los ecologistas y del PSOE hicieron sus efectos. Ambos grupos se encadenaron el 26 de julio de 2005 junto a vecinos a las encinas centenarias que supuestamente iban a desaparecer. Cuatro meses después, a finales de noviembre, la Comunidad de Madrid renunció a las obras proyectadas. "Las obras no se van a adjudicar porque vamos a estudiar otras posibilidades. Es una zona muy sensible ambientalmente y quizá se puedan encontrar soluciones alternativas", señalaron entonces fuentes de la Consejería de Transportes.
El alcalde de Boadilla negó ayer que las obras fueran a suponer la tala de tantos árboles. Según sus cálculos, se reducen a unos 15 que son centenarios. El resto pueden ser reemplazados sin ningún problema, ya que son mucho más jóvenes.
Los empleados de mantenimiento de la M-513 aseguran que tienen mucho trabajo, sobre todo en época de lluvia. "El problema es que la gente va muy rápido, pese a que el asfalto esté mojado. Cuando llueve, no se debe correr a más de 40 o 50 kilómetros por hora para no salirse, pero eso no lo hacen todos", explicó un operario mientras arreglaba el guardarraíl.
Un portavoz de la Consejería de Transportes aseguró ayer que no tiene previsto ninguna actuación en ese punto en fechas próximas.
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