Artistas que dejan huella
Jessye Norman vuelve hoy al Auditori para celebrar los 25 años de Ibercàmera
"Hay muchos intérpretes de talento, pero pocos genios". Lo dice, en voz baja, Josep Maria Prat, que desde hace 25 años organiza las temporadas de Ibercàmera, el más veterano ciclo privado de música clásica de Barcelona. Conoce bien el paño porque suele trabajar con los más cotizados solistas y directores del mundo, como la famosa soprano Jessye Norman, que inaugura su 25ª temporada esta noche en el Auditori (21.00 horas). Es el pistoletazo de salida para celebrar a lo grande sus bodas de plata con la música. "La intensidad y la emoción que transmiten algunos artistas crea adicción", afirma Prat.
Una de esas estrellas que crean adicción es Jessye Norman, que regresa a los escenarios catalanes por partida doble. En su cita barcelonesa, acompañada por la Orquesta del Gran Teatro del Liceo y la directora Rachael Worby, ha preparado un seductor programa que combina arias y canciones de Mozart, Purcell, Mascagni, Verdi, Sain-Saëns, Gershwin, Bernstein y Rodgers y Hammerstein. Y el próximo 4 de noviembre, en su debut en el Auditori de Girona, cantará un programa totalmente diferente, acompañada por el pianista Mark Markham.
"La calidad de los artistas que figuran en la élite concertística no se discute, pero hay una cuestión emocional añadida, una sintonía especial y un nivel de compromiso que exigimos a los músicos que invitamos", explica Prat. "Buscamos la singularidad de cada concierto, crear lazos con el público, que es lo que hace que un artista decida volver a trabajar con nosotros. Por eso no hay exclusividad ni firmamos contratos, es una relación de mutua confianza. Si Lorin Maazel ha actuado 15 veces en nuestras temporadas es porque así lo ha querido", comenta con orgullo.
Los últimos conciertos de Sergiu Celibidache y Georg Solti, la histórica velada de homenaje a Mompou a cargo de Victoria de los Ángeles y Alicia de Larrocha, los éxitos de Sviatoslav Richter, Maurizio Pollini, Alfred Brendel o Maria Joãa Pires... son muchas las veladas inolvidables que quedan en la memoria de estos 25 años de vida artística. "Siempre hemos acompañado al artista en todos los sentidos, escogiendo el repertorio que mejor define su personalidad. Sólo así se consigue la intensidad que hace única la experiencia del concierto", dice Prat.
Si algo despierta envidia entre los promotores privados es la fidelidad del público, un valor que en Ibercèmera cotiza al alza, pues este año han batido récords y rondan los 2.000 abonados a sus ciclos. La temporada que ahora empieza ha costado 1.610.000 euros y ofrece 10 conciertos hasta el 25 de mayo de 2009, programados en el Auditori, el Palau y el Liceo.
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