330.000 coches cruzan diariamente la Diagonal y 74.000 circulan por ella
La reforma de la vía dará prioridad al peatón y al transporte público
La reforma de la Diagonal incorporará un nuevo tranvía, pero éste no es el elemento definitivo. El proyecto es, sobre todo, urbanístico, explicó ayer Ramon García-Bragado, teniente de alcalde de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona. García-Bragado participó en una mesa redonda celebrada en el Colegio de Ingenieros de Caminos junto a los ingenieros Ole Thorson, en representación de asociaciones pro pacificación del tráfico, y Xavier Abadia, del Real Automóvil Club de Cataluña (RACC). El acto estuvo presidido por el decano del colegio, Josep Oriol.
El resumen de los deseos ciudadanos (no siempre coincidentes) lo hizo el urbanista Albert Serratosa: hay que ampliar las aceras (con lo que se revitalizará el comercio), pero reservando espacio para la carga; reflexionar sobre el arbolado y no pretender cambiarlo al completo y de golpe; pensar seriamente si la conexión entre el tranvía del Llobregat y el del Besòs debe hacerse por el centro de la Diagonal o por otras calles, y finalmente, que los ciclistas utilicen otras vías.
La implantación de la bicicleta es "irreversible", dice García-Bragado
La Diagonal es la calle barcelonesa que registra más accidentes
García-Bragado asumió buena parte de las sugerencias, pero discrepó, de raíz, en lo relativo a los ciclistas. La bicicleta, dijo, ha cambiado la forma de moverse e incluso de medir los movimientos en el centro de la ciudad. Es un proceso irreversible.
Quien dio más cifras fue Ole Thorson: cada día cruzan la Diagonal 330.000 turismos y circulan por ella otros 74.000 coches. El número de pasajeros que viajan en autobuses que circulan por las calles que cruzan la Diagonal sin utilizarla es de 298.000, mientras que los autobuses que circulan por la avenida transportan a 65.000 personas diariamente. Las personas que cruzan la Diagonal en un día medio suman medio millón, el doble de las que pasean por la avenida.
García-Bragado evitó estas cifras porque, sostuvo, el debate sobre el futuro de la Diagonal no es en modo alguno un debate centrado en la movilidad. Se trata de revisar su función, no de ir metiendo en ella con calzador diversas actividades. La movilidad es importante, recordó, pero no lo es menos el comercio, el de la avenida e incluso el de las vías adyacentes, cuyos propietarios están muy preocupados por la duración de las obras.
Lo que sí dejó claro es que, si hay un tranvía, deberá ser sin catenaria aérea. El sistema de alimentación empleará un raíl soterrado. Con ello, García-Bragado aprovechó para descartar, de pleno, la posibilidad de optar por trolebuses con catenarias elevadas. Con la misma rotundidad descartó la celebración de un referéndum que "nadie ha pedido". Lo que sí se hará, dijo, será una "consulta ciudadana" prevista en la carta municipal y cuyas características serán definidas por el plenario municipal, previsiblemente en enero. García-Bragado aprovechó para anunciar que ya se ha aprobado la ampliación de las aceras de la calle de Balmes, unas de las más estrechas de las vías del Eixample.
García-Bragado daba respuesta a dos quejas al respecto, ambas centradas en la estrechez de la acera en la confluencia de Balmes y Diagonal. Ole Thorson, autor de una de esas quejas, recordó que la Diagonal es hoy la vía barcelonesa con mayor número de siniestros y de víctimas, ocasionadas en un número importante de casos por la falta de respeto de los conductores a los semáforos en rojo. Abadía, en nombre del RACC, lamentó la "criminalización constante del coche".
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