Vecinos de Sarrià se oponen a los dos centros de menores del barrio
Un corte de tráfico de una hora provoca el caos en Vallvidrera
Los vecinos del Peu del Funicular, en la parte alta del barcelonés barrio de Sarrià, salieron ayer a la calle para exigir el cierre de los dos centros de menores, ya que, según aseguran, los jóvenes acogidos en ellos tienen atemorizada a la población. Así lo señalaron algunos vecinos que viven próximos a los dos centros de la Generalitat y que en número de unos 200 cortaron el tráfico y organizaron un caos circulatorio entre las ocho y las nueve de la mañana en la carretera de Vallvidrera.
Los centros acogen a un centenar de inmigrantes menores de edad y sin referentes familiares en el país. "Desde hace un año", denuncian las asociaciones vecinales, los menores se reúnen en la única estación de tren del barrio y allí "suelen drogarse para luego vejar, intimidar y robar" a quienquiera que se cruce con ellos, afirman contundentes.
El Ayuntamiento y la Generalitat replicaron que trabajan "desde hace tiempo" para solventar la inseguridad en la zona. Ésta no ha remitido pese al incremento de vigilancia policial y la solución para reubicar a los menores en otros centros sigue sin concretarse. La Generalitat se comprometió en 2006 a cerrar el centro Villana por "defectos estructurales". Éste acoge aún a 34 jóvenes que deberán ir a otro edificio para el que no existe ni el proyecto. El centro diario de acogida El Bosc, donde viven 59 jóvenes, también cambiará de ubicación, pero aún nadie sabe adónde se trasladará.
"Llevamos protestando desde 2005 y la situación ya es insoportable", señaló ayer Josep Musté, presidente de la Asociación de Vecinos del Peu del Funicular.
La concentración se convirtió en una antología de las agresiones recibidas. Las principales víctimas, precisaron los vecinos, son los alumnos de dos colegios cercanos. "Niños y ancianos no se atreven a salir solos", lamentó Musté.
La Generalitat trató de calmar a los vecinos mediante medidas parciales: anunció que derivará a los menores "problemáticos" a otros centros. La semana pasada ya fueron trasladados 14 jóvenes agresivos o drogodependientes. "Dijeron que cerrarían los centros. Es lo que exigimos", insistió Musté.
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