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Análisis:Aulas
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La Universidad ante el cambio

Uno de los refranes más populares en Andalucía dice que "a río revuelto ganancia de pescadores", y es una buena forma de explicar los acontecimientos que en torno al nuevo espacio de educación superior se están organizando, sobre todo, porque se reivindican cuestiones ajenas al mismo.

Las motivaciones que mejor se explicitaron en Bolonia fueron las de construir un espacio donde todas las titulaciones fueran equiparables en tiempo y competencias para facilitar la movilidad de estudiantes entre los diferentes Estados de la UE y, además, la de mejorar la inserción laboral de los que terminaban sus estudios universitarios al detectar, en numerosas investigaciones y de forma reiterada, que había un desfase entre la formación universitaria y las nuevas exigencias del mercado de trabajo.

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El primer escollo del proceso se podría situar en el momento en que no se fomentó un debate, en el que se aceptase la necesidad de que la reforma exigía un cambio de mentalidad, una nueva visión, una filosofía diferente, una cultura de no adaptarse a lo que hacen otros sin preguntarse por qué. Sobre todo, porque hubiese sido el camino más eficaz para asumir una meta común que de forma transparente reflejara hacia dónde van las universidades: las públicas y las privadas.

Una comunidad universitaria mejor informada habría conocido que el primer no a Bolonia se explicitó cuando la estructura de grado no se redujo a tres años, como está en el resto de Europa, sino que el Título de grado en España se estructura en cuatro cursos.

España tuvo la capacidad para decir que no, cuando entendió que esa reducción no beneficiaba la formación universitaria, convencida de que podría suponer un desprestigio para sus titulaciones. Con la misma autonomía, en la actualidad, si no se deja arrastrar por el absolutismo de la idea "profesionalizante", tendrá que apostar por una Universidad en la que se prepara y forma a hombres y mujeres que aprenden a construir y mejorar ideas, teorías, conocimiento, que descubren y fortalecen culturas de encuentro y dialogo, que busca mantener del pasado su mejor patrimonio: el ser un espacio privilegiado donde se manifiesta que el pensamiento sigue vivo.

Algunas corrientes del siglo pasado, ya nos enseñaron los beneficios de crear las cadenas de montaje donde cada obrero sólo aprendía "a poner su tornillo". Cuando la máquina le sustituyó, éste no pudo adaptarse a las nuevas exigencias porque no se le había dotado de otras capacidades que le permitiesen afrontar situaciones imprevistas.

Desde la reforma de los planes de estudios, la Universidad tiene en estos momentos la responsabilidad de diseñar qué competencias debe adquirir el estudiante, equilibrando las directamente relacionadas con el "saber hacer", idea "profesionalizante" que facilita la incorporación al mercado de trabajo, con las competencias relacionadas con el "conocer" y el "ser", su capacidad de aprender a aprehender.

En Andalucía, en estos momentos, cada Universidad se ha dotado de Comisiones Técnicas que tendrán que comprobar si los anteproyectos de planes de estudios se ajustan a las exigencias normativas. Por primera vez, los órganos de representación de cada Centro han validado autónomamente los procesos de enseñanza-aprendizaje, sin que éstos hayan sido impuestos desde instancias superiores.

Se ha propiciado un marco idóneo para comenzar a erradicar viejos estilos rancios, donde algunos se apropiaron del conocimiento y asumieron el papel de colonizadores, administrándolo como si fuese suyo. Porque la mejor Universidad es la que se construye entre todos, con nuevas formas de participación. Es la que se nutre de personas con vocación de enseñar, y también de aprender. Esta Universidad debe asumir que se trata de una oportunidad única que no se puede desaprovechar si quiere adaptarse a las nuevas exigencias.

El nuevo Espacio Europeo de Educación Superior será el que desde las Universidades queramos diseñar si la normativa nos los permite, pero sobre todo, si las viejas culturas dejan paso a los nuevos tiempos y el centro de gravedad lo situamos en el Estudiante y en la mejora de su formación.

Susana Corzo es profesora de Ciencia Política de la Universidad de Granada

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