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L'Altet no le teme al AVE

La alta velocidad quitará más pasajeros aéreos a Valencia que a Alicante

La importancia que tendrá la llegada del AVE para la Comunidad Valenciana concita una unanimidad impensable en otros proyectos. Y aunque también hay consenso en cuanto a los beneficios que supondrá la infraestructura, poco se ha concretado. El AVE acortará distancias y potenciará los desplazamientos -sobre todo los que se produzcan entre destinos que se sitúen a menos de una hora- y beneficiará sobre todo al turismo hotelero, de negocios y cultural. En principio, no implicará un desarrollo relevante del mercado inmobiliario y el impacto sobre el transporte aéreo será menor en L'Altet que en Manises, dado el carácter internacional del primero. Así lo considera Armando Ortuño, profesor de ordenación del territorio y planificación de transportes de la Universidad de Alicante y autor de la tesis Incidencia de las líneas de Alta Velocidad en el desarrollo del corredor Madrid-Castilla La Mancha-Comunidad Valenciana-Región de Murcia, en proceso de finalización.

La previsión es que la alta velocidad triplique los viajeros desde 2010
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En L'Altet, Ortuño estima que la llegada de la alta velocidad no implicará una pérdida de más del 5% del tráfico, ya que el 80% de los viajeros son internacionales (en 2007, de hecho, la mitad de pasajeros del recinto fueron británicos, según AENA). "En Manises puede tener una mayor incidencia", argumenta, dado que el 40% de los pasajeros son nacionales. Las previsiones más conservadoras de otras fuentes, además, cifran el descenso del pasaje entre Madrid y Valencia en el entorno del 10%. "Cuanto más se especialicen los aeropuertos en viajeros extranjeros, menor será la incidencia", resume Ortuño. Habrá que esperar, pero lo cierto es que el bocado del AVE al avión Valencia-Madrid se presume importante. En el aeropuerto catalán de El Prat, según datos de AENA, el puente aéreo ha perdido un 23% de viajeros en los nueve primeros meses de 2008 en beneficio del AVE.

El profesor, por otro lado, no cree que la incidencia de la alta velocidad sobre el transporte por carretera sea "demasiado elevada", y aunque experiencias previas muestran que este tipo de desplazamientos pueden ralentizar su crecimiento con la llegada de la infraestructura, también evidencian que no los hacen retroceder.

El AVE dará alas a las conexiones por ferrocarril entre las capitales valencianas y Madrid a partir de 2010, año en que Valencia debe estrenar la alta velocidad. Santiago Cobo, director técnico de la línea, adelantó hace un año que la estación de Valencia se diseñará para tres millones de pasajeros, casi el triple de los 1,2 millones que viajan desde Valencia a Madrid cada año.

Lo sucedido en otras ciudades españolas tras la llegada de la alta velocidad refrenda unas previsiones muy optimistas para la línea valenciana, que ya se considera una de las más rentables de España. La llegada del AVE a varias capitales españolas ha multiplicado el número de viajeros de forma exponencial. El primer AVE que arrancó, el que une Madrid y Sevilla, pasó de los 392.000 viajeros del año 1991 a los 1,4 millones en 1993. Más del triple. En 2007, según datos extraídos de las memorias de Renfe, operadora comercial de estas líneas, el número de pasajeros se ha disparado hasta los 3,5 millones.

Algo parecido ha ocurrido con el tren de alta velocidad entre Madrid y Málaga, en servicio desde finales de 2007. Si antes de su puesta en marcha el pasaje rondaba las 850.000 personas grosso modo, la previsión de cierre para 2008 es de 1,6 millones de viajeros, y la estimación es alcanzar en 2009 los dos millones de usuarios, más del doble de lo que era el pasaje convencional. El Madrid-Valladolid tenía antes de la entrada de la alta velocidad 120.000 pasajeros en 2007. En su primer año de funcionamiento se esperan 600.000 viajeros. Y El Madrid-Barcelona, con unos 877.000 usuarios en 2007, preveía cerrar 2008 con un total de 2,3 millones de viajeros -en los nueve primeros meses del año pasado el pasaje era ya de 1,7 millones de personas-.

A la vista de estos datos, si el Valencia-Madrid transportó 1,2 millones de pasajeros en 2007 (735.000 viajeros directos, sin tener en cuenta las paradas), y el Madrid-Alicante registró 1.135.000 (unos 840.000 directos), las previsiones a partir de 2010 para el Madrid-Valencia son de 3,5 millones de pasajeros -el trayecto se reducirá de las tres horas y pico a hora y media-, mientras que para el Alicante-Madrid, que debería entrar en funcionamiento a partir de 2012, se esperan otros tres millones de usuarios.

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