Mal día para hacer alardes
El primer AVE directo entre Barcelona y Málaga llega tarde por el temporal
Vistas las imágenes de un Madrid atrapado por el caos, la idea de bordear la capital sin tener que catarla parecía un buen augurio. Pero el viaje empezó de aquella manera: con el pronóstico del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho de que el paro seguirá subiendo, aunque España no alcanzará los cuatro millones de desempleados. Fue su despedida, desde Sants, minutos antes de que los prodigios de la alta velocidad se dispusieran a acercar más que nunca a Cataluña y Andalucía.
El temporal de frío y nieve, lástima, deslució el estreno de Renfe. Plantarse en Málaga desde Barcelona en 5,40 horas es un hito para la historia ferroviaria española, como, en el punto de destino, bien se encargaría de señalar el presidente de Renfe, José Salgueiro, quien además sacó pecho por haber contribuido a "romper la radialidad" de las infraestructuras ferroviarias de alta velocidad en España.
Se trataba de celebrar ese hito. Pero ayer, la cosa llevó 6,20 horas. Aunque, a la llegada, hubo brindis igual por el nuevo bypass de 21 kilómetros construido al sur de Atocha que posibilita a los trenes entre Barcelona o Lleida y hasta Sevilla o Málaga se comuniquen haciendo de Madrid una gran elipsis, gracias a una obra que ha costado cerca de 92 millones de euros.
Hasta la llegada de la alta velocidad, el trayecto Barcelona-Málaga por tren llevaba 11 horas. Pero cuando, desde febrero, en que el sufrido AVE Madrid-Barcelona fue por fin una realidad, el tiempo del desplazamiento se había acortado ya a 6,30 horas, con parón técnico en Atocha. Desde entonces, un total de 189.673 viajeros tomaron un tren AVE en las relaciones que enlazan Cataluña, Aragón y Andalucía, lo que supone prácticamente duplicar (un 93,3% más) el tráfico. En 10 días de AVE directo, se han vendido ya 6.400 billetes.
La nueva variante, que hace pasar al tren a 13 km de distancia de la capital española, reduce el tiempo total en 50 minutos. Ayer, los requisitos de seguridad debido a la nieve y el hielo en parte del recorrido (a partir de Zaragoza, se notó, mientras el termómetro iba bajando grados desde los 17 al cero) convirtieron al AVE en un poco menos AVE y forzaron la reducción de la velocidad a un ritmo de 160 km/hora. Y, claro, fueron numerosas las llamadas de pasajeros avisando de lo que venían tronando los servicios de información de Renfe por megafonía, que habría un retraso aproximado de entre 40 y 50 minutos. "¡Tengo que subir a un barco, espero no llegar tarde!", bramaba por el móvil una pasajera del coche número tres. El AVE salió de Sants a las 10,30 horas y llegó a las 16,50. Mal día para un alarde de alta velocidad, con un buen pedazo de España cubierta de nieve. Algo ayudaba a atemperar los ánimos el desfile de copitas de cava corredor arriba, corredor abajo que, bandeja en mano, repartió el personal del AVE a todos los pasajeros. Pero eso sólo vale para los que estrenaron el bypass, y no fueron tantos. "La crisis, la cuesta de enero, se notan", comentó a bordo del tren Félix Martín, director del Área de Negocio de los Servicios Transversales de Alta Velocidad Larga Distancia de Renfe. Según Martín, la nueva conexión directa, una al día, aspira a transportar este año a más de 200.000 pasajeros a Sevilla y más de 150.000 en el segundo, pero Renfe cree que el nivel de ocupación habitual a finales de 2009 es del 70% y que la ruta será rentable.
En clase turista, el precio del billete a Málaga es de 133 euros por trayecto, pero existen tarifas promocionales a partir de 53 euros.
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