"Nunca he temido por la viabilidad del proyecto"
"Nunca he temido por la viabilidad de este proyecto", dijo ayer en Sevilla César Pelli, visiblemente contento ante el inminente inicio de las obras del que será el edificio más alto de Andalucía con 178 metros. El arquitecto argentino (Tucumán, 1926), autor del proyecto de la Torre Cajasol que se levantará en la sevillana isla de La Cartuja, ha viajado a la capital andaluza para participar hoy en una jornada informativa y abierta al público sobre la Torre Cajasol.
Arquitectos, ingenieros y urbanistas analizarán, en el Centro Cultural Cajasol desde las 10.00 hasta las 20.00, todas las coordenadas del proyecto, entre ellas la seguridad, la movilidad y la eficiencia energética.
Después de las amenazas del Consejo Internacional de Monumentos y Sipasado año aseguró que si la torre se construía Sevilla podría entrar en la lista de las ciudades de Patrimonio Mundial en Peligro de la Unesco-, Cajasol anuncia el inicio de las obras para el próximo 15 de marzo. La entidad financiera, promotora del proyecto presupuestado en 311 millones de euros, adjudicará en los próximos días los movimientos de tierra en el solar y la construcción de los muros pantalla para su cimentación.
"Si se construyera a tres cuadras de la Giralda, yo también protestaría", afirma
Las obras del rascacielos comenzarán con casi un año de retraso, por lo que se concluirán a finales de 2011. "Es cierto que tenemos un retraso sobre lo estimado, pero la entidad siempre ha tenido claro que la torre se hacía", afirmó ayer un portavoz de la caja andaluza.
"Pienso que el rechazo de Icomos a la torre se debe a que no han valorado el proyecto completamente. Sin duda que el rascacielos cambiará a Sevilla, pero no se puede pretender que la ciudad se quede anclada en el siglo XII -cuando se construyó la Giralda, que con sus 97 metros es el edificio más alto de Andalucía-, porque ahora estamos en el tercer milenio", explicó Pelli, quien desde su estudio norteamericano Pelli Clarke Pelli Architects ha diseñado, entre otros muchas construcciones en altura, las Torres Petronas de Kuala Lumpur (Malaisia), de 452 metros.
"La torre no afecta al patrimonio de la ciudad, está al otro lado del Guadalquivir. Sería como decirle a París que ha dejado de ser una ciudad maravillosa porque tiene La Defense, que también está al otro lado del Sena. Si la torre se fuera a construir a dos o tres cuadras de la Giralda yo también estaría protestando", afirma el arquitecto, quien a pesar de vivir en Estados Unidos desde principios de los cincuenta no ha perdido su acento argentino.
Su estudio, en el que trabajan unos 120 arquitectos en sus sedes en Nueva York y New Haven, se ha visto afectado por la crisis con la paralización de cuatro grandes proyectos. "De momento, se ha pospuesto la construcción de dos edificios en China y se ha paralizado un rascacielos de 300 metros en Santiago de Chile, se ha quedado en el piso 19. Además, también se ha frenado un proyecto en Tailandia", comenta Pelli frente a una ventana por la que asoma la famosa Giralda.
A los que critican la idoneidad de construir en altura, el arquitecto les contesta que si Cajasol hubiese optado por hacer cuatro edificios de nueve plantas cada uno, en lugar de uno de 36 se derrocharía más energía y tendría que enfrentarse a los mismos problemas de densidad de tráfico en la zona, puesto que el número de usuarios -unos 4.000 diarios- sería el mismo. "La gente se imagina que al tráfico actual se sumarán 4.000 coches más, pero lo cierto es que el transporte público se va a incrementar con más líneas de autobuses y con el metro, y la situación no será la actual", precisa Pelli, quien adelanta que la torre Cajasol será un edificio sostenible que reducirá el consumo de le que reducirá el consumo de aire acondicionado en un 20%, según un estudio energético previo.
El arquitecto está muy satisfecho con el desarrollo de una cerámica muy resistente que se convertirá en la piel del edificio. "Hay dos empresas españolas y una alemana trabajando en desarrollar una especie de terracota de un color rojizo claro, casi albero, que servirá de celosía a los cristales y que protegerá al máximo del sol", asegura.
César Pelli, que a pesar de sus 83 años derrocha vitalidad y controla todos los detalles de su obra, defiende la necesidad de los rascacielos frente al crecimiento horizontal de las ciudades. "Los seres humanos siempre han tenido un anhelo de ir lo más alto posible. No sé de dónde nos viene, pero es algo muy básico. Filosofía aparte, si las ciudades crecen horizontalmente se necesita una mayor red viaria, se consume más energía y se contamina más. Los ascensores son el medio de transporte más seguro y limpio que tenemos", añade Pelli.
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