Experiencia y compromiso político frente a la crisis

Carlos Aguirre lleva meses convencido que de una manera u otra iba a terminar en el Gobierno de Patxi López. Es independiente, pero lleva años trabajando en la sombra del socialismo vasco. Ha participado en la elaboración de programas electorales, en el análisis de los proyectos de Presupuestos vascos o en los grupos socialistas de reflexión. Del centro de Bilbao, donde nació hace 52 años, es socio del Club Deportivo y del Athletic.

Hasta ahora su vida resultaba, según sus propias palabras, "cómoda". Casado y padre de tres niñas, ha tenido tiempo de meditar el cambio profesional y recibir el apoyo de su familia. Ponerse al frente de la economía vasca como mascarón del Gobierno contra la crisis y convertirse en objetivo de ETA le supone perder dinero. Hasta ahora era director de Recursos Humanos y miembro del comité de dirección del Ente Vasco de la Energía (EVE). Licenciado en Económicas y Empresariales por la UPV, ve su opción como un compromiso y asegura que el nuevo Gobierno está lleno de viejos amigos a los que no podía negarse.

Aguirre lleva años trabajando en la sombra para los socialistas

El consejero, que deberá lidiar con la recesión, la caída de la recaudación fiscal o las medidas anticrisis, se considera cercano a Rodolfo Ares, el secretario de organización del PSE-EE y consejero de Interior, pero recalca que su compromiso con los socialistas tiene una fecha clave: el asesinato de Fernando Buesa en 2000.

Con 30 años, Aguirre entró en 1987 en los gobiernos de coalición PNV-PSE, primero con Luis Atienza y luego con Buesa, con Ramón Jáuregui y con Francisco Egea, hasta 1998. Sus responsabilidades siempre han sido económicas, de la Dirección de Planificación a la de Asuntos Económicos. Su paso por la Administración y por múltiples sociedades públicas le dejaron grandes amigos socialistas. El asesinato de uno de ellos, Buesa, convirtió esa cercanía en un compromiso político.

Al nuevo consejero de Economía y Hacienda, quien se enfrenta al departamento más complejo junto con Interior, le gusta viajar en familia y aprovechó la pasada Semana Santa para visitar Egipto con su esposa y sus hijas. También aprecia moverse con su "cuadrilla de toda la vida" y ama el mar de Plentzia, donde ha pasado los veranos desde su niñez.

Poco a poco va cerrando su equipo. Ayer mismo se entrevistó con su predecesora, Idoia Zenarruzabeitia, y, pese a que los socialistas han anunciado un paquete de medidas urgentes contra la crisis, va a dedicar los primeros días a estudiar la situación que hereda. Quienes han trabajado con él aseguran que no le llevará mucho tiempo, porque es un gran conocedor de la Administración vasca.