La TDT se impone en la sierra

Los trabajadores de la tienda de electrónica de Román, en Guadarrama, casi no daban abasto ayer para atender a todos los clientes que se acercaban por allí. "Habremos vendido unos 300 adaptadores digitales y más de 100 televisiones en el último mes, y nuestro antenista no para", aseguraba el hijo del dueño. La razón de esta repentina fiebre consumista es la fecha límite que los vecinos del municipio tienen para adaptarse a la nueva televisión digital terrestre (TDT). Está previsto que mañana sea el único modo de ver allí la tele.

Desde ayer hasta el próximo viernes (y también durante la jornada del 31 de julio), 56 municipios del norte de la Comunidad dejarán de recibir la señal analógica en sus televisiones. Junto a otras 500 poblaciones del resto de España, han sido elegidos para completar la primera fase de desconexión. Una especie de experimento hasta el apagón definitivo en todo el territorio nacional, que llegará el 3 de abril del 2010.

La primera fase de la televisión digital afectará a más de 100.000 usuarios

Los municipios afectados reciben la señal analógica de televisión de 19 centros de emisión. Ayer se apagaron tres, situados en Bustarviejo, Rascafría y Valdemoro. Hoy correrán la misma suerte Cinco Villas, Gargantilla de Lozoya, Guadalix de la Sierra y Horcajo de la Sierra. El resto se apagarán mañana, el viernes, o el próximo 31 de julio. En total, el cambio afectará a más de 100.000 usuarios.

Las emisiones de televisión digitales ya pueden verse desde hace más de un año en España. Por eso desde el Ministerio de Industria, responsable de la transición digital, creen que todo debería estar ya listo, aunque los vecinos de estos municipios no están tan convencidos. "Yo tengo el adaptador y en mi casa no se ve bien", se queja Javier Fernández, un residente de Guadarrama. En este municipio, el más poblado de los 56 (15.000 habitantes), son muchos los que están disgustados con la recepción de la TDT. En el ayuntamiento de esta población reciben unas cinco llamadas diarias quejándose de la mala calidad del nuevo sistema. "No depende de nosotros, sino del Ministerio. Ellos nos dicen que la emisión llega y los antenistas que la recepción debería ser buena. Si el día del apagón siguen las quejas, tendremos que protestar", advierten desde el Consistorio.

Lo mismo sucede en Horcajo de la Sierra (102 habitantes), donde los usuarios aseguran que no pueden ver muchas cadenas. Sin embargo, no en todos los lugares es así. El alcalde de Madarcos, Juan Carlos García, que con sus 52 habitantes es el pueblo con menos ciudadanos de los que sufrirán el cambio y de la región, puede presumir de tener "una conexión estupenda". Eso sí, en su caso "por cuestión de edad a ellos les da igual todas las ventajas que les puede proporcionar la TDT, a esta gente con verla...", añade el primer edil.

Para poder recibir la señal digital son necesarias tres condiciones: que llegue la emisión, de lo que se encarga el Ministerio, que la antena receptora esté adaptada, y disponer de un televisor ya adaptado o uno convencional con un receptor externo. Claro que no es gratis. Los adaptadores más baratos, necesarios para cada aparato de televisión que se tenga en un domicilio, cuestan alrededor de 30 euros, y algunos pueden llegar a valer más de 200.

También están haciendo su agosto los antenistas, que cobran alrededor de 150 euros por adaptar las antenas de las casas individuales, un precio que se dispara si se trata de antenas comunitarias. "¡Que les den morcilla! Ayudan a las pymes, a los compradores de coches... ¿Y a las familias? Yo prefiero quedarme sin televisión. No pienso pagar todo eso", comenta Mar en Guadarrama, a quien le parece injusto que el Gobierno central haya dado 147.000 euros a la Comunidad de Madrid para adaptarse al cambio y que no haya destinado ayudas directas a los ciudadanos.

La capital y el resto de los municipios de la región todavía tienen unos meses para adaptarse. El apagón definitivo llegará el 3 de abril del año que viene.