El futuro está en los juzgados

El calendario aún es holgado. Sobran los días. El curso político que comienza debería ser el menos comprometido para el Gobierno regional. Meses de transición y pocos problemas. Quedan dos años para rendir cuentas y hay tiempo para la propaganda. Pero los asuntillos del curso pasado están aún en el armario. Septiembre marcará el futuro de la política regional.

Los populares liderados por Esperanza Aguirre tendrán que lidiar durante el otoño con dos episodios que les amargaron la primavera, el Gürtel y el espionaje político a altos cargos del PP. En septiembre se enfrentarán al primer coletazo judicial: la imputación de uno de los protegidos de Aguirre. A estas alturas del curso Sergio Gamón, director general de Seguridad ya no es un hombre en la sombra. Este ex policía será el próximo imputado en la causa que iniciaron el ex consejero, Alfredo Prada, y el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, dos de los espiados. La polvareda será monumental porque Gamón no es un asesor cualquiera. Fue destituido tras descubrirse que había robado presuntamente un ordenador del área de Justicia. Al poco tiempo fue contratado de nuevo como asesor de Seguridad de Aguirre. Fuentes populares reconocen que la presidenta lo dejará caer si es preciso. En el PP están listos para cirugías con tal de mantener indemne la línea de flotación de Aguirre.

La economía será el paraguas bajo el que se escude el Ejecutivo

El debate sobre el estado de la región se celebrará el 15 y el 16 de septiembre

No será el único proceso judicial con el que tendrá que lidiar el Ejecutivo regional. A mediados de septiembre se levantará el secreto de sumario de la ramificación madrileña del Gürtel. Aunque el PP fulminó en el acto a los alcaldes implicados (Boadilla, Pozuelo, Arganda) y al ex consejero Alberto López Viejo, aún hay tres diputados imputados en el caso en la cámara autonómica. La anomalía dará alas a la oposición (PSOE e IU). Sobre todo porque López Viejo formaba parte de la guardia pretoriana de Aguirre en el Gobierno regional. Era uno de los suyos. Su chico de confianza, quien le organizó la última campaña electoral. El Gobierno regional ya se prepara para diluir la tormenta. Ha puesto fecha al debate sobre el estado de la región: se celebrará el 15 y 16 de septiembre, justo la semana antes de que el PP sufra la esperada sacudida judicial.

Este debate parlamentario será una dura batalla en la que la oposición tratará de rescatar el espionaje y el Gürtel y el PP lanzará sus andanadas hacía el Gobierno de la nación por su actuación ante la crisis. Precisamente la evolución de la economía será el paraguas bajo el que se escudará el Ejecutivo regional para frenar los embates de la oposición, según fuentes de Sol. Los síntomas de recuperación quedan lejos y la estrategia de desdeñar al rival local para seguir encarándose a Zapatero parece clara. En esa estrategia que pretende elevar a categoría de nacional las cuestiones regionales están las acusaciones que realizó el jueves Aguirre contra el Gobierno central, al que acusó de usar las instituciones en beneficio propio.

Tras cuatro remodelaciones del Gobierno autonómico siguen las cábalas sobre un nuevo retoque. Fuentes del Ejecutivo regional desechan la idea pero no acallan los rumores. Parece claro que aún habrá una operación antes de encarar la recta final de la legislatura.

La oposición tiene un duro trabajo por delante. "No queremos más errores", reconocen desde la ejecutiva del PSM. "Comienza un año definitivo que marcará las posiciones de salida de cara a las elecciones", comenta Tomás Gómez, líder de los socialistas. Hay que recuperar el tiempo perdido en poner orden y acallar las críticas internas. Para ello la principal preocupación de los socialistas es zanjar los rumores sobre las candidaturas. "Madrid es un asunto nacional", no se cansa de repetir Gómez. Su principal objetivo es que Ferraz adelante al otoño la nominación del cabeza de lista para el Ayuntamiento de Madrid y reciba la confirmación de que él será definitivamente el rival de Esperanza Aguirre en las elecciones de 2011. Quiere dar un golpe de autoridad. Pero la dirección federal del partido, en Ferraz, maneja otro calendario.

Para recuperar espacio político, el PSM ha apretado la agenda. En otoño celebrará un gran acto en el centro de Madrid y prevén organizar una conferencia sobre los problemas de la ciudad. Para tener alguna opción de batir a Aguirre necesitan recortar distancias en la capital.

Los socialistas madrileños estudian con preocupación el desgaste del Gobierno de la nación. Se plantean recuperar cierta autonomía y sopesan no acatar decisiones de Moncloa sin cuestionarlas como en el curso pasado cuando se abstuvieron en la votación de los Presupuestos. Las cuentas anuales del próximo año se debatirán este otoño y estarán más reñidas. Una señal para medir el grado de autonomía de los socialistas. Esta nueva mayoría de edad pretendida o fruto de la estrategia provocará algunos desencuentros internos. Entre tanta agitación el PSM tendrá un motivo de celebración. A principios de octubre estrenarán nueva sede, en el corazón de la ciudad. Un momento que aprovecharán para agitar a sus militantes adormecidos.

Cada movimiento político que se hace en IU parece una declaración de guerra interna. Por eso, hay expectativas sobre cómo asumirá la portavocía parlamentaria Gregorio Gordo, coordinador regional de la coalición. Un asunto que no requeriría mucha atención sino fuera porque pasa por encima de Inés Sabanés, con quien ya libró una dura batalla dos meses antes de las elecciones pasadas. El calendario es holgado pero el tiempo corre deprisa. Comienza la carrera política. "Todo sea que la gripe A no nos obligue a cambiar el paso", dice un importante dirigente regional.