Gómez presiona, Lucas se postula
El portavoz del PSM en el Ayuntamiento vuelve a proponerse como candidato
Lo dice siempre que le preguntan, y cada vez con más frecuencia. Proclama a los cuatro vientos que quiere que sea ya, que no se demore más y que en octubre el PSOE nombre el aspirante a la alcaldía. El secretario general del PSM, Tomás Gómez, presiona. La última vez, el pasado sábado durante un acto público rodeado de los suyos. "Otoño es la fecha idónea para nombrar al candidato", proclamó entonces. Pero su partido calla. El último trimestre no parece el mejor momento para remover el árbol de las manzanas madrileño y provocar una reacción en cadena en el resto de las federaciones. La presidencia española de la UE (entre enero y junio de 2010) es el reto más importante para un maltrecho Zapatero. Y todas las energías del partido están centradas en esto. En recomponer la imagen del gran líder. Entonces, ¿por qué tanta insistencia de Gómez?
"Tomás necesita un 'ticket' potente, un peso pesado en Madrid", dice un edil
"Estamos bastante despistados. Esto es un carrusel", señala otro concejal
Aparentemente, el secretario general del PSM no tiene rival en su partido para aspirar a la presidencia de la Comunidad. Su relación con Moncloa es buena y nadie le cuestiona. Es una apuesta personal del presidente Zapatero. Otra cosa es en el seno del PSM, donde cierto runrún no deja de sonar desde la pasada primavera con soterradas críticas hacia su gestión.
Pero las urgencias de Gómez vienen por otro lado, según varias de las fuentes consultadas. Necesita certificar su candidatura cuanto antes. "Sería un golpe de autoridad definitivo y serviría para cambiar su rol político: de líder del partido a rival de Esperanza Aguirre", desliza un miembro de la dirección regional. "Al no estar en la Asamblea tiene que reforzar su posición", explica. Además, "hay un interés real en perfilar la estrategia en el Ayuntamiento", concluye.
Algunos creen que el origen de las prisas es otro. "Su agobio es porque quiere que le nombren candidato cuanto antes. Y eso, en realidad, lo enmascara con la presión para que se nomine cuanto antes el cabeza de lista al Ayuntamiento. Tiene miedo de que en un momento dado no coincidan el nombre del candidato al Gobierno regional y el del secretario general", señala un alto cargo socialista madrileño. "Eso provocaría una guerra interna difícil de controlar", señalan varios miembros de la dirección regional del partido.
Un amplio sector del partido duda seriamente de que cuando llegue el momento Gómez vaya a apostar por el actual portavoz socialista en el Ayuntamiento, David Lucas, para que le acompañe en el viaje electoral. "Tomás necesita un ticket potente. Por eso salió el nombre de [Ángel] Gabilondo o incluso el de Rubalcaba. Sin una figura de peso en el Ayuntamiento no será capaz de convencer", explica un concejal socialista. Esta teoría coincide con la obsesión de Gómez de volcarse en la ciudad. La capital es dónde los populares sacan gran ventaja a los socialistas. "Para tener opciones de gobernar la Comunidad hay que recortar distancia en Madrid", precisa un diputado, que insiste en que "no hay prisas. Hay una necesidad política porque en el PP ya han avanzado quiénes serán sus candidatos", apunta.
Precisamente, ayer Lucas volvió a postularse como candidato al Ayuntamiento. Lo hizo a preguntas de los periodistas y aseguró que sería un "honor" ocupar ese puesto. "Coincido con Tomás Gómez en que las mejores propuestas se deben sustentar sobre quienes venimos trabajando en el día a día porque seguramente somos los que conocemos mejor las necesidades que demandan los vecinos", señaló en clara referencia a él y a Gómez.
Las palabras de Lucas sorprendieron ayer a la ejecutiva del PSM. Aún así, "no se descarta que pueda ser él", dicen fuentes de la dirección, quien guíe a los socialistas en la batalla municipal. El partido está contento con su entrega. Además, se quiere evitar imposiciones de Ferraz como en las elecciones anteriores con Trinidad Jiménez o Miguel Sebastián. O al menos que esa no sea la sensación que quede. "El nombre del candidato en la ciudad lo pondrá la federación madrileña, como corresponde. Es nuestra responsabilidad, nuestro territorio y conocemos la realidad de la región", espetó Gómez el sábado pasado. Pero todo el mundo mira de reojo a Ferraz.
Mientras tanto, hay un cierto desconcierto, especialmente en el Ayuntamiento. Con el debate de la sucesión encima de la mesa, cualquier propuesta política queda eclipsada por la sensación de provisionalidad del liderazgo municipal. "Estamos bastante despistados. Esto es un carrusel de variedades. Por un lado, el secretario general pide vía libre, pero por otro parece que Moncloa no quiere abordarlo hasta después de la presidencia de las europeas. Además, se extiende la idea de que Tomás no tiene mucho ánimo de que sea Lucas y suena el nombre de Gabilondo... Uno ya no entiende nada", se lamenta un concejal.
Y ese carrusel no parará de girar hasta que Zapatero lo decida. Eso sí lo tienen todos muy claro.
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