Un voto discrepante
El único voto particular al dictamen del Comité de Bioética sobre la reforma de la ley del aborto ha sido el de César Nombela. Este farmacéutico y químico, ex presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), no rechaza específicamente los cambios, sino que se opone al aborto en cualquier circunstancia. "El reconocimiento de la vida de todos, incluidos los no nacidos, es un imperativo ético", aduce. Con iguales motivos con los que opuso a la investigación con embriones de menos de 14 días, señala que desde el momento de la concepción hay una vida humana. Por eso le parece "contradictorio" reconocer que existe vida, y permitir que se "pueda acabar de forma voluntaria" con ella durante las primeras 14 semanas.
También discrepa de la interpretación que se da a la autonomía de la menor. "Todo el apartado está impregnado de una consideración negativa de la patria potestad, que en estos casos puede ser más necesaria e importante que nunca", argumenta.
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