Una 'sherpa' de lujo
Edurne Pasaban dirige la ascensión de 20 elegidos al monte Txindoki - La alpinista ataca en un mes sus dos últimos 'ochomiles'
Edurne Pasaban comienza el descenso de la cima del Txindoki (1.348 metros) con las manos en los bolsillos. Dice modestamente que es para protegerse del frío, pero, en realidad, es una postura natural que revela su dominio en la montaña. Baja por la zona más pedregosa y delicada del monte con la misma desenvoltura que una modelo desfila por la pasarela, lo que también es indicativo de la "excelente" preparación que ha seguido los últimos meses para afrontar, en poco más de un mes, el reto de coronar los 14 ochomiles. La alpinista tolosarra, residente en Barcelona desde hace cuatro años, encabezó ayer una expedición al pico guipuzcoano junto a 20 escogidos ciudadanos de Bilbao y San Sebastián. Hizo las veces de una sherpa de lujo, siempre ofreciendo los mejores consejos durante la travesía montañera: "Subid por la hierba para no resbalaros", "bajad asegurando el paso", les decía a los integrantes de esta aventura. Fue una iniciativa de Telefónica- uno de los patrocinadores de la himalayista-, que organizó esta suerte de cordada amateur para premiar a 20 clientes que participaron en una promoción de la firma.
"El Txindoki es la montaña perfecta; triangular, solitaria..."
"Tengo las cosas muy claras. Primero vamos al Shisha y de allí al Annapurna"
Pasaban se declaró una "enamorada" del Txindoki, que llegó a calificar como "la montaña perfecta; triangular, solitaria...". Pero la mente de la montañera guipuzcoana está en otro sitio más elevado. El próximo 2 de marzo parte hacia Katmandú para afrontar la parte final de su gran reto alpino: cerrar el círculo de los 14 ochomiles del planeta, para lo cual deberá coronar el Shisha Pangma (8.030 metros) y el Annapurna (8.091).
Su intención es hacerlos de una tacada. "Tengo las cosas muy claras. Primero vamos al Shisha, al que queremos ascender antes del 15 de abril. Si para ese día no somos capaces, lo dejaremos y atacaremos el Annapurna, porque es una montaña que conviene subirla en primavera", explicó tras concluir la travesía al Txindoki.
Pasaban y sus tres compañeros de fatigas -Ferrán Latorre, Asier Izagirre y Álex Chicón- llegarán al Shisha cuando el invierno está dando sus últimos coletazos: "El Gobierno del Tíbet nos avisó de que vamos demasiado pronto y que hará mucho frío", pero ésta es la mejor opción para hacer las dos cumbres en tan corto espacio de tiempo. La alpinista acumula ya cuatro intentos frustrados al Shisha, que esta vez ascenderá por la cara Norte, siguiendo una ruta que en su día abrió Iñaki Ochoa de Olza.
Si consigue hollarlo, el grupo aprovechará la aclimatación para atacar el Annapurna -un macizo "muy peligroso"- en cuanto se abra una ventana de buen tiempo. Allí podría encontrarse con la coreana Oh Eun-Sun, su rival más directa. Está a falta de un solo ochomil para repetir hazaña, aunque en el ambiente alpino hay serias dudas al respecto a sus conquistas.
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