"Si yo quería entrenar en Lezama..."

La gran pregunta es por qué vuelve Javier Clemente. Como Edmund Hillary, porque las montañas (como el fútbol) están ahí. Es decir, Clemente, en su enésimo trabajo en esta profesión tan presuntamente pasajera, no tiene intención alguna de licenciarse, salvo que el Athletic le hubiera propuesto como coordinador de Lezama en vez de confiarse a Javier Irureta: "Eso es lo que yo quería, pero eligieron a otro". Ya ha sacado un punto en Tenerife. Poco o mucho, según se mire.

Pregunta. ¿Otra vez Clemente? ¿Qué le anima a volver?

Respuesta. Sencillamente, que a mí me gusta entrenar y el Valladolid me ofrece esa oportunidad. Indudablemente que me habría gustado otra cosa mejor, más bonita o más fácil.

"Indudablemente, me habría gustado otra cosa mejor, más fácil"

"Pero, aunque la misión sea difícil, no hay nada imposible"

P. ¿No ha pensado nunca en jubilarse?

R. A mí me gusta entrenar, pero es verdad que lo que más me gusta era haber estado en Lezama, con el Athletic. El problema es que había una terna con Amorrortu, que dijo que no, con Irureta y conmigo. Eligieron a Irureta, que nunca ha estado en la cantera del Athletic, pero al que profeso el máximo respeto. Y hay que seguir.

P. ¿Pero no le da vértigo entrenar otra vez a un equipo muy enfermo con sólo siete partidos por delante?

R. No me da vértigo. Son siete partidos [ocho con el de Tenerife] que te obligan a trabajar en el día a día. No se pueden hacer grandes cosas que no sean trabajar el día a día. Hay que ser superdirectos, superrentables. Hay que ser más resultadistas que nunca.

P. En realidad, ¿qué puede hacer usted en tan poco tiempo?

R. Pues ordenar al equipo y ponerlo en la mejor disposición para ganar. Nada más. Ganar como sea.

P. ¿Qué ha detectado en el Valladolid, un equipo muy convulso, por lo que se ha conocido, y siendo el tercer entrenador de la actual temporada?

R. En estas circunstancias, el problema nunca suele ser uno solo, sino un cúmulo de acontecimientos. Si el problema fuera uno, si el defecto sólo fuera uno, quizás yo no estaría aquí. No es ni siquiera una cuestión de suerte, que tampoco la ha tenido este equipo, pero no es sólo eso. Hay asuntos más profundos. Por ejemplo, el bajísimo presupuesto que explica alguna de las situaciones ocurridas. Hay que mirarlo todo y a partir de ahí empezar a ganar partidos, que es la única solución.

P. ¿Cómo se ve en este proyecto tan breve, a priori, a pesar de su experiencia en grandes equipos y en salvamento y socorrismo?

R. Yo me veo luchando y luchando partido a partido. Nuestra única meta es sacar muchos puntos no sólo para nosotros, sino restándoselos a nuestros rivales directos. No hay más catalejo que ese en esta recta final. Puntos, puntos, puntos. Sólo puntos.

P. ¿Y no le agota entrar siempre en el quirófano de urgencias de los últimos equipos a los que ha entrenado?

R. Ya he dicho que yo lo que quería era entrenar en Lezama, pero no ha podido ser. Luego hubo ofertas de clubes del extranjero, no de selecciones, que no me gustaron. Finalmente, llegó la propuesta del Valladolid, que me atrajo a pesar de la dificultad que entraña. Una cosa es lo que planeas y otra lo que ocurre. Ahora estamos en Valladolid con una misión difícil, pero en el fútbol no hay nada imposible.