El IRPF abre una sima en el tripartito

El recorte ya está encima de la mesa. El tripartito aprobó ayer el decreto del plan de ajuste para contener el déficit, que incluye la reducción del salario de los funcionarios, la disminución de la partida de los conciertos en la sanidad y los colegios, y nuevos tributos. El Gobierno prevé reducir este año sus gastos entre 1.600 y 1.700 millones de euros. El decreto debe ser convalidado en el Parlament e Iniciativa (ICV-EUiA), socio del tripartito, ha condicionado su voto definitivo a que se concrete el martes, en la próxima reunión del Gobierno, la modificación del IRPF para gravar las rentas más altas (las de más de 100.000 euros).

El órdago está lanzado. "Que quede claro: para nosotros el decreto tiene dos partes, la de hoy y la del martes, y si no, votaremos en contra", avisó Joan Herrera, líder ecosocialista. El tripartito, de hecho, dio ayer luz verde a un acuerdo para gravar las rentas más altas e instó al consejero de Economía, Antoni Castells, a presentar un anteproyecto de ley antes del 1 de julio para aprobarlo en el Parlament. ICV no se fía y quiere que el martes el nuevo tipo quede cerrado.

Exceso de celo

La duda es por qué en el acuerdo del Gobierno no figura la fecha del martes. Los ecosocialistas aseguran que no les han metido "un gol" porque sus socios saben que votarán en contra del decreto si no hay pacto sobre el IRPF. Fuentes próximas al presidente de la Generalitat subrayaron el exceso de celo de los ecosocialistas porque el mismo José Montilla anunció el viernes a los empresarios en Sitges que algunos deberán pagar dentro de poco más impuestos. El compromiso parece explícito, pero no ha bastado para despejar los recelos de ICV, que reprochó a Castells que asuma la reforma a "regañadientes". Hace dos semanas, el consejero se opuso a aumentar el IRPF. Ayer, no: "Lo comparto al cien por cien. Cada cosa se tiene que hacer cuanto toca".

Iniciativa considera que, además de los pensionistas y los funcionarios, deben pagar también la crisis quienes más ingresan y, por tanto, no se puede desligar el plan de ajustes de la subida del tramo del IRPF, que puede afectar a 50.000 contribuyentes y suponer unos ingresos de 100 millones de euros. Aunque en un segundo plano, Esquerra se mantiene en la misma línea. "El plan es duro, provisional y necesario", dijo Joan Puigcercós, líder de ERC.

Pese a la presión de ICV, Economía no tiene prisa. Castells recordó que el presidente del Gobierno central, José Luis Ropdríguez Zapatero, ha anunciado también una reforma fiscal paralela. "Es bueno conocer el contexto en el que se moverán otras administraciones con medidas similares, porque la volatilidad de las rentas altas es elevada", dijo Castells. No lo explicó, pero pensaba en el problema que provocó en su día el impuesto de sucesiones. Entonces le pidió, sin éxito, a Zapatero que marcara un límite porque, aunque la tasa es estatal, las autonomías pueden aplicar bonificaciones. Muchos contribuyentes acabaron domiciliando la residencia fiscal fuera de Cataluña.

"Queremos hacerlo bien. Creo en la autonomía fiscal y en aumentar los márgenes tributarios, pero con unos límites. Una competencia fiscal puede resultar dañina y excesiva, y es bueno dar con un equilibrio", alegó Castells. El argumento no convenció a Herrera, que recordó que la "volatilidad" fiscal no se da con el IRPF. El desencuentro no se quedó ahí. ICV asegura que en el decreto figura una disposición que establece que a partir de 2013, en función de la evolución de la economía, se adopten medidas para que los funcionarios recuperen el poder adquisitivo perdido. Los ecosocialistas creen que los sindicatos se podrán acoger a esa cláusula. Castells fue categórico: "Las medidas se tienen que consolidar. No vale ponerlas y quitarlas. Y por supuesto, el decreto eso no lo dice".

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