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Rivales en la Tercera Ronda

La lenta obra de circunvalación enfrenta a Xunta y Ayuntamiento de A Coruña

Dice el refrán que las cosas de palacio van despacio. Pero en el caso de la tan ansiada e imprescindible Tercera Ronda de A Coruña, una circunvalación esencial para aliviar el asfixiante colapso de tráfico y falta de accesos a una ciudad peninsular, se queda corto el término de lentitud. La construcción de este vial que dotará de una segunda entrada a la capital provincial, centro neurálgico de un área metropolitana de 400.000 habitantes, acumula varios años de retraso desde que se tomó la decisión de crearla, hace ya una década. Y la Xunta, responsable de la obra, el Ayuntamiento gobernado por socialistas y nacionalistas y el PP coruñés multiplican en el último año los rifirrafes y enfrentamientos sobre su ejecución, que está previsto acabar a finales de 2011, además de responsabilizarse mutuamente de su demora.

La congestión viaria será de proporción gigantesca cuando abra Ikea en julio
En 2011 está también previsto el estreno de un macrocomplejo comercial

La congestión viaria que sufren a diario los coruñeses y sus vecinos del cinturón urbano puede adquirir proporciones gigantescas a partir del 20 de julio, cuando abra sus puertas el primer Ikea de Galicia. Está situado en el polígono industrial de A Grela, donde "el tráfico ya es un caos y será un caos al cuadrado si nos meten a este monstruo sin Tercera Ronda", alerta la patronal de la zona en referencia a la multinacional sueca del mueble. Ésta prevé una gran afluencia de clientes procedentes de toda Galicia, de donde hasta ahora provienen el 15% de las ventas del centro de Oporto y el 7% de las de Oviedo, y trabaja a marchas forzadas con el Ayuntamiento para tratar de marcar medidas que reduzcan el previsible colapso, como el desviar por Arteixo el acceso a la gran superficie comercial mientras la Xunta apura la construcción de una rotonda provisional.

Una solución que disgusta al vecino municipio, sede de la mayor área empresarial de la comarca y de gigantes como Inditex, o del futuro puerto exterior de A Coruña, y también aquejado por el tráfico. Y los augurios de colapso son aún peores para la primavera de 2011, fecha prevista para la apertura del Marineda City, un macrocomplejo comercial de 500.000 metros cuadrados del que forma parte Ikea y que sera el tercero más grande de Europa.

La Tercera Ronda de A Coruña estará lista en noviembre del próximo año, prometió en marzo el conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, Agustín Hernández. Dos de los tres tramos están terminados desde hace meses. Pero el último trecho de un vial de un total de 4,2 kilómetros que cruza A Coruña desde Riazor hasta su salida por el núcleo rural de As Rañas, al sur de la autopista que une la capital con Carballo, es fuente de conflicto continuo entre Xunta y Ayuntamiento durante los últimos meses.

Un enfrentamiento con múltiples cruces de acusaciones y reclamaciones que contribuyó a demorar aún más su ya de por sí lenta construcción. Está pendiente una reunión -ya aplazada una vez- del conselleiro con el alcalde, el socialista Javier Losada, para resolver un punto importante en el que aún no lograron ponerse de acuerdo, como es el enlace de la Tercera Ronda con su continuación, un vial que construye el Ministerio de Fomento para conectar el otro polígono industrial de A Coruña (Pocomaco), el barrio de A Zapateira donde se asienta el campus universitario así como el aeropuerto de Alvedro y la Autovía del Noroeste.

"Confío en que prime la colaboración y se logre un acuerdo para finalizar esta vía que es de interés prioritario para todos", afirma la edil de Urbanismo, Obdulia Taboadela. Harta de "las maniobras y sarta de mentiras continuas del PP", que llegó a acusar al alcalde de no querer la Tercera Ronda, la concejal se queja de la lentitud de las obras y asegura que el Ayuntamiento, responsable de obtener los terrenos necesarios, "tiene los deberes hechos". La Xunta, que hace sólo 10 días cerró un acuerdo, a petición del Gobierno local, para cambiar el trazado inicial y aminorar el impacto sobre los vecinos, reduciendo a tres las casas que serán derribadas, reclama que las expropiaciones de ese enlace final correrán a cuenta de las arcas municipales. Pero el alcalde se opone por ser "una vía de alta capacidad autonómica" y ofrece asumir sólo la mitad de ese coste.

Mientras, en el Palacio Municipal de María Pita tratan de restar valor a los peores pronósticos sobre el colapso de tráfico que generará la apertura de la multinacional del mueble. El regidor augura que habrá atascos sólo los primeros días, como cuando abrieron otras grandes áreas comerciales de A Coruña. Vecinos y empresarios no lo creen.

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