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Los recortes salariales y el retraso en los pagos incendian los hospitales

Las protestas laborales se extienden en el sector concertado - Los centros alertan de posibles problemas con las nóminas - Salud paga tarde a las empresas

Un reguero de incendios laborales se propaga en la sanidad catalana concertada al calor del plan de austeridad de la Generalitat y de los recortes salariales en que los centros con convenio han traducido los menores recursos públicos que les llegan cada mes. Y los incendios tienen visos de atizarse aún más con el nuevo retraso de 15 días de julio, no se sabe si en agosto también, en el pago mensual de los 400 millones de euros que el Servicio Catalán de la Salud (SCS) pasa a los centros concertados. Aunque las patronales han lanzado a sus centros el mensaje de que intenten pagar puntualmente las nóminas, "es posible que en algunos casos no vaya a ser posible", según fuentes de las propias patronales.

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La plantilla de la clínica Provença cobró la mitad del sueldo el mes pasado y la otra mitad no llegó hasta una decena de días más tarde. En Mútua Terrassa hubo una amenaza de expediente de regulación, por ahora en el aire debido a la rotunda respuesta sindical. Los trabajadores del hospital Sagrat Cor de L'Aliança y otros centros del grupo se han concentrado en la entrada por la división en cinco tandas de la paga extra de junio,además del recorte del sueldo del 5%, que aplican en cadena clínicas privadas concertadas como la Platón. Los trabajadores del transporte sanitario (unas 15.000 personas) han convocado 24 horas de paros los días 19, 20 y 21 de julio. El colegio de enfermeras de Barcelona alerta del "riesgo" de que los recortes en el sueldo afecten a la calidad de la atención. Cuatro centros han informado a la patronal de la que son miembros, la Asociación de Entidades de Salud (ACES), de que "si persiste esta situación, entrarán en una situación crítica que compromete su propia supervivencia", según la presidenta de la ACES, Cristina Contel.

La inquietud por esta situación llevó ayer al Departamento de Salud, cuya titular es la consejera Marina Geli, a transmitir "su interés por que patronales y sindicatos se sienten juntos y encuentren una solución negociada sobre cómo aplicar los recortes en los salarios de los centros concertadas", explicaron fuentes del Consorcio de Salud y Social de Cataluña (CSC). Esta patronal participó ayer, junto con la Unión Catalana de Hospitales (UCH) y la ACES, en una reunión con la Generalitat. Salud declinó comentar el encuentro. "Los contactos con el sector son permanentes", señaló un portavoz.

Las negociaciones con los sindicatos están rotas desde el pasado 16 de junio. Los sindicatos rechazan que los trabajadores de los centros concertados paguen con un 5% menos de su sueldo la disminución del 3,21% del dinero que la Generalitat transfiere a sus centros. "Hemos recomendado a los comités de empresa de los centros que no negocien, porque sin ser funcionarios no se les puede aplicar este recorte", señala el responsable de Sanidad de UGT de Cataluña, que exige que Economía participe en las reuniones por las "tensiones de tesorería" que sufren las arcas de la Generalitat. "El decreto ley dice que los recortes se apliquen en la parte proporcional de la masa salarial no vinculada a pactos derivados del convenio colectivo", enfatiza en la misma línea Carme Navarro, de CC OO de Cataluña.

"Esta situación no la hemos buscado ni empresas ni trabajadores. Pedimos un esfuerzo al conjunto de profesionales como un mal menor, aunque sabemos que no merecen un recorte de sueldos y en cuanto cambie la coyuntura debe dejar de aplicarse la medida, para no entrar en procesos traumáticos", declara Roser Fernández, directora general de la patronal UCH, que se muestra "abierta al diálogo".Las empresas privadas reconocen que no están obligadas a pasar la tijera a los sueldos en un 5% como sí lo están los centros públicos, pero aducen que un 65% de sus costes son gastos de personal y que "resulta muy difícil absorber la caída de recursos de la Generalitat solo con medidas de gestión", en palabras de Roser Fernández. Para un centro de cierta dimensión, recibir un 3,21% menos de dinero puede traducirse en cinco millones de euros menos. "Desde que se rompieron las negociaciones, algunos centros han sondeado a sus comités de empresa y algunos sí estarían por negociar, pero el sindicato no les deja", comentan en el CSC.

Las patronales esgrimen en esta batalla sobrevenida una disposición del convenio de la red hospitalaria XHUP en que se liga el cumplimiento de los compromisos retributivos del convenio a que lleguen los recursos de la Generalitat. Y llegan menos. Y no solo eso. Llegan 15 días tarde. Economía explica que a estas alturas del año la Generalitat ha cubierto la mitad de sus necesidades financieras (4.400 millones) y confía en un cambio de humor en los mercados para emitir deuda y que la banca le acabe prestando dinero. Sufre, además, retrasos en las transferencias de otras administraciones. Se muestra "comprensivo con la incertidumbre" que reina en las patronales, pero aún no puede excluir que en agosto no haya otro retraso en el pago a los centros.

"El dinero llega, pero llega tarde. Para unos no es gran problema, para otros sí. Pero para todos tiene un coste adicional", advierte Contel. Fernández desarrolla la idea: "Debemos reprogramar los proveedores y ampliar nuestras pólizas de crédito. Eso implica más costes financieros para los centros y pedimos a la Generalitat compensaciones por ellos". Otro frente abierto.

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