El ADN de un fallecido hace millonario a un hijo ilegítimo
La justicia permite al demandante acceder a la herencia
Era "vox pópuli" en Écija (Sevilla), según recoge la sentencia. Rafael Ostos, perteneciente a una de las familias más ricas de la zona, había tenido un hijo con la hija de la costurera, que trabajaba en su casa. Lo llamaron Rafael, como su padre, pero nunca le pusieron sus apellidos, porque él nunca le reconoció como su hijo. Rafael, de 68 años, tuvo una vida muy diferente de la que pudo tener. Según su abogado, Fernando Osuna, vivía "con muchas dificultades". Hasta ayer. Porque un juzgado acaba de decir que es hijo de su padre, y por tanto, tiene derecho a disfrutar de su herencia: alrededor de seis millones de euros.
Han hecho falta seis años, la declaración de testigos de más de 80, y una exhumación para que un juzgado de Sevilla haya fallado que Rafael es hijo de Rafael. Este falleció en 2003 y fue incinerado. En febrero de 2009 se exhumaron los restos de su hermano, tío del demandante, que llevaba más de 15 años muerto. Su viuda había presentado un recurso en contra, pero fue desestimado. Las muestras extraídas fueron analizadas por el Instituto Nacional de Toxicología de Sevilla, que concluyó que Rafael Ostos era el padre del demandante.
La madre fue repudiada en Écija por su relación extramatrimonial
La hija legítima de Ostos se negó a colaborar con la investigación y fue declarada "en rebeldía", según recoge la sentencia. Hasta ahora ella era la única heredera de un patrimonio que ronda los seis millones de euros y que incluye, al menos, "una valiosa finca rústica en las proximidades de Écija, dos pisos en Sevilla, otros dos pisos en Matalascañas y varias cuentas corrientes, aunque es posible que haya más oculto", según el abogado.
"Estoy feliz, muy nervioso", dijo Rafael al saber que la justicia le había dado la razón. Con el dinero de la herencia, piensa hacer lo contrario a lo que hizo su padre, es decir, ayudar a sus hijos, que viven en Barcelona. Rafael recuerda con amargura que su padre no quiso ayudarle cuando le dijo que se casaba, y que no le incluyó en ninguno de los cinco testamentos que hizo entre 1993 y 2001.
Además, el juez también ha impuesto el pago de las costas del proceso -"alrededor de unos 6.000 euros", según Osuna- a la hermana de Rafael, que puede recurrir. Ella nació un par de años después. De hecho, durante un tiempo, Rafael y su madre vivieron con Ostos en su casa, "hasta que la presión de la familia los hizo marcharse", cuenta Osuna. La madre de Rafael fue repudiada en Écija. "Mucha gente la miraba mal por haber tenido un hijo fuera del matrimonio", añade.
Osuna tiene ya otro caso similar: el de cinco hijos extramatrimoniales, que tras años de litigios consiguieron los apellidos de su padre. Actualmente pelean por la herencia. En Galicia también se han pedido exhumaciones de restos para practicar pruebas de ADN que demuestren vínculos de paternidad. En plena crisis, y con herencias en juego, se han vuelto muy populares.
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