Tocomocho, fraude y similares

Todo esto es aplicable a la corrida de ayer en Bilbao. En primer lugar, la culpa la tienen los toreros, esos figurones que tanto jalean los profesionales del halago y aguamaniles de la fiesta. Son los toreros los que exigen que se contraten esos toros, porque saben que se van a caer. Las figuras de hoy quieren toros que no molesten, porque también saben que van a cobrar sin exponerse. Y la trampa de la fiesta sigue.

También es culpable del estropicio de ayer la empresa, Junta Administrativa, por doblegarse a contratar tales toros fraudulentamente inservibles. Y no digamos de los ganaderos, auténticos monigotes al servicio de la mentira de la fiesta. Como quieren vender ya se cuidarán de desechar en los cruces las vacas bravas, dejando para criar aquellas que van a dar frutos de poca monta.

Con espectáculos como los ayer no hace falta que prosperen las prohibiciones como las de Cataluña.

Lo de Morante de la Puebla no tiene nombre. Los otros dos, El Juli y Manzanares, ofrecieron un paripé mayúsculo. Trataban de hacer faenas a unos toros inválidos sin paliativos. No se puede hacer comedia ante unas piltrafas, auténticos mulotauros, pura carne para el carnicero. En realidad ellos eran conscientes del tocomocho, el fraude y similares.

En la enfermería fue atendido el banderillero Luis García Niño de Leganés de "puntazo de cuatro centímetros en la cavidad maxilofacial derecha y otra herida superficial que produce desgarro desde la axila derecha hasta el bíceps femoral. Pronóstico reservado", según el parte médico inicial.

Aburrida tarde de toros en Bilbao