Los motores en la cabeza
Fernando Alonso ha agotado ya los ocho propulsores permitidos y usará uno con dos carreras a cuestas por las calles de Singapur
Un fundado temor circuló por el taller de Ferrari ayer cuando Fernando Alonso tuvo que dejar la segunda sesión de entrenamientos libres en el Gran Premio de Singapur. Nada parecía indicar que el problema fuera a ser el motor, pero ante la duda la expectación creció. La situación de Fernando Alonso en lo que a motores se refiere comienza a ser complicada para afrontar las cinco carreras que aún le quedan. El asturiano ha roto dos -el último en China- y no le queda ninguno nuevo de los ocho que el reglamento le permitía estrenar a lo largo de la temporada. El equipo deberá esmerarse en el reparto de los seis motores que siguen con vida y reservar el mejor para Japón, la pista más exigente con el propulsor de las que quedan por correr.
Webber tiene todavía dos motores por estrenar; Hamilton y Vettel, uno cada uno
"Una rotura de motor queda descartada", comentó Alonso. "Puede que sea un problema electrónico o mecánico, o algo sin importancia. La telemetría no mostraba nada extraño". El asturiano estaba igualando el mejor tiempo de Sebastian Vettel cuando se vio forzado a aparcar su coche en una variante porque se le paró. Hasta entonces, el dominio de los Red Bull había sido apabullante. Vettel y Webber fueron los mejores y Alonso se quedó el cuarto, a un segundo del alemán (hoy, la clasificación a las 15.30; mañana, la carrera a las 14.00, La Sexta y autonómicas).
En las cinco carreras que quedan va a decidirse el título con más pilotos implicados desde 1981 -los cinco primeros están separados por 24 puntos-. En las calles de Singapur, Alonso deberá correr con un motor que lleva ya dos carreras. El menos utilizado es el que estrenó en Monza. Pero es muy probable que quiera reservarlo para Japón. De los cinco restantes, los más baqueteados serán utilizados en las sesiones del viernes, cuando un cambio de motor no está penalizado. Los mejores servirán para las cronometradas y las carreras.
La vida de un motor se establece en unos 2.200 kilómetros. Cada fin de semana, cada coche realiza alrededor de 750. Los equipos suelen diferenciar los que utilizan los viernes y los sábados por la mañana de los que emplean para la clasificación y la carrera. Así que un motor con dos carreras supone que ha sido utilizado unos 800 kilómetros -300 de la carrera más 100 de la clasificación-. "Sin embargo, un motor usado no ofrece el mismo rendimiento", comenta Laurent Mekies, jefe de ingenieros de Toro Rosso. "Un motor con 800 kilómetros está en la mitad de su vida. Por tanto, el nivel de exigencia debe ser menor y las prestaciones, también. La pérdida es bastante significativa".
Alonso no parece excesivamente preocupado por este motivo, porque en alguna ocasión incluso ha funcionado mejor con un motor utilizado en una carrera que con otro nuevo. Pero hay una circunstancia que sí le enoja: que Mark Webber tenga todavía dos motores para estrenar y que a Lewis Hamilton y a Sebastian Vettel les quede todavía uno nuevo. "La rotura del segundo motor en China condicionó toda la temporada", reconoce Alonso. "Sin embargo, todo está bajo control. Estamos convencidos de que los motores usados nos darán buen resultado".
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