La reducción del gasto se acelera y propicia una caída del déficit del 42%
La mejora del IVA justifica un descenso de los desequilibrios en agosto
El gasto responde cada vez más a las políticas de austeridad. Los pagos que realizó el Estado en los ocho primeros meses del año descendieron un 4,6%, ritmo que casi duplica el registrado hasta julio. Se trata del segundo mes consecutivo en el que la evolución de las cuentas del Estado refleja las medidas de ajuste aplicadas por el Gobierno. Esas iniciativas, sumadas a una mejora de los ingresos, han contenido fuertemente el déficit, que hasta agosto sumó 34.849 millones de euros, el 3,3% del producto interior bruto (PIB). La cifra resulta un 42% inferior a la registrada en el mismo periodo de 2009, el peor año de las cuentas públicas.
La caída de los pagos del Estado se produce pese a que los gastos financieros crecen a buen ritmo (un 10%) por el mayor desembolso en intereses de la deuda, según los datos divulgados ayer por el Ministerio de Economía y Hacienda. También juega en contra de la contención la partida de personal, que se resiste a caer aunque desde junio los funcionarios cobren un 5% menos. El motivo es que este capítulo aún recoge los incrementos de plantilla pactados en algunos ministerios antes de que la crisis se instalara en los Presupuestos.
Los datos aún no recogen los nuevos tipos del IVA que rigen desde julio
El IRPF caería de no ser por la subida fiscal del ahorro y el fin de los 400 euros
Pero la contención del déficit obedece principalmente a la mejora de los ingresos. El Estado recaudó un 10% más hasta agosto, un avance prácticamente idéntico al registrado hasta julio. La mayor disponibilidad de recursos resulta más evidente si se tiene en cuenta el dinero que se queda el Estado descontando las cantidades que se transfieren a comunidades y ayuntamientos. En ese caso la mejora es del 33%, debido a que los ayuntamientos están recibiendo menos recursos que en 2009 porque las entregas se han ajustado más a los ingresos reales.
El IVA es el principal responsable de que las cuentas se enderecen, con un 66% más de recaudación. Las cifras aún no reflejan el impacto de la subida de tipos que entró en vigor en julio, pues las empresas disponen de un mes de gracia en agosto y pueden retrasar hasta septiembre los pagos de IVA correspondientes a julio. Con todo, Hacienda dispone ya de datos parciales que le permiten aventurar que la recaudación no se resiente, al menos de momento, por la subida fiscal. El secretario de Estado, Carlos Ocaña, vaticinó que la recaudación seguirá creciendo a un ritmo similar al actual cuando se perciba ya el efecto del alza del impuesto, a partir del próximo dato. Esa previsión implica que el avance del consumo puede estar ralentizándose, aunque Ocaña le resta importancia: "Lo que observamos es que el efecto es menor. De momento nos basta con eso y luego, que el consumo siga su recuperación", razonó. A falta de datos que permitan comprobarlo, el responsable de Hacienda incidió en que no se está produciendo la caída de consumo que algunos expertos pronosticaron a raíz de la subida del IVA.
En cualquier caso, la mejora de ese impuesto obedece más a la diferencia en el calendario de devoluciones respecto a 2009 que a la recuperación de la actividad. Para inyectar liquidez en el contribuyente, Hacienda implantó el año pasado la devolución mensual del IVA, que convivía con la anual, con lo que las arcas públicas perdían más recursos de los que le correspondían por la debacle económica. Este año las devoluciones son inferiores y, por tanto, la caja está más saneada. Eliminando ese efecto, el IVA avanza el 5,4%, explicó Ocaña.
El mejor comportamiento de este tributo contrasta con el desplome que aún registra el de sociedades, del 23%. Hacienda argumenta que los pagos realizados ahora corresponden a 2009 y, por tanto, reflejan los reveses del año pasado. Tampoco se consolida el IRPF, que crece muy moderadamente. Y de no ser por la subida de impuestos (desaparición de la deducción de 400 euros y subida de los tipos que gravan el ahorro), la recaudación registraría un mínimo retroceso, admitió Ocaña.
A pesar de una leve caída de los ingresos, la Seguridad Social resiste con un superávit del 0,71% hasta agosto. El dato empeora el 1% registrado el año pasado por estas fechas.
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