Amaya sitúa a España más alto que nunca
Estados Unidos, rival hoy en las semifinales
Nunca había pasado. Que la selección femenina española de baloncesto se clasificase para las semifinales de un Mundial era algo inédito hasta ayer pese a que fueron las mujeres quienes, en 1993, dieron el primer título europeo al baloncesto español. Anoche, las chicas que dirige José Ignacio Hernández vencieron en la prórroga a Francia por 74-71 en un partido que se resistía a morir y hoy (Marca TV, 20.45) jugarán contra el equipo más temido, Estados Unidos, que tiene siete títulos mundiales. Y todo, porque, como advirtió antes del partido la estrella del conjunto francés, Céline Dumerc (10 puntos), "España es peligrosa porque no abandona nunca".
Pese a acabar los tres primeros cuartos por debajo de las francesas, hubo quien, durante el último periodo, en el que las españolas llegaron a perder por 13 puntos, siguió creyendo que la remontada era posible. Otra vez, Amaya Valdemoro (28 puntos). La alero del Rivas, que con 34 años tiene tres anillos de la WNBA, seis Ligas nacionales y una plata y dos bronces europeos con España, no quiere quedarse sin una medalla mundial y el tiempo apremia. Fue ella quien dio la vuelta al equipo y, a falta de un segundo para el final, metió la canasta que forzó el tiempo extra.
Tras una temporada llena de lesiones, en la que incluso reconoció haber pensado en dejar el deporte al que se dedica desde los 16 años, Valdemoro ha recuperado su mejor versión en este Mundial y ya es la jugadora con más puntos (19,9 de media).
La mala noticia fue la lesión en la espalda de la pívot Sancho Lyttle, que no pudo acabar el encuentro.
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