El Tribunal de Cuentas investigará las irregularidades en la sociedad Emarsa

El Tribunal de Cuentas investigará la gestión de Emarsa, sociedad que gestionaba hasta el pasado julio la depuradora de Pinedo y que trata un tercio de las aguas negras que se generan en la Comunidad Valenciana. Este organismo, encargado de velar por el buen uso del dinero público, ha abierto diligencias tras la denuncia presentada el pasado 3 de agosto por los consejeros socialistas en Emarsa.

Los denunciantes decidieron dar el paso una vez conocieron la auditoría que la sociedad Mazars realizó de las cuentas anuales de Emarsa en 2008, "que pusieron de manifiesto una serie de irregularidades contables", argumentan, y que además no fueron subsanadas el ejercicio siguiente. Los socialistas insisten, con el documento en la mano, que Emarsa, propiedad del ente metropolitano público Emshi, se ha saltado la ley de contratos del sector público al adjudicar obras y servicios de 2003 a 2009 "por unos 20 millones de euros" al margen de los procedimientos de contratación. Los socialistas han detectado este aumento de la contratación externa tras la llegada de Enrique Crespo -alcalde de Manises- a la presidencia de Emarsa y el nombramiento de Esteban Cuesta como gerente. También apuntan con el dedo hacia el Ayuntamiento de Valencia, al que, con el 48% de los votos, hace responsable de la mala gestión.

Intento de fraude

La lista de anomalías denunciadas no acaba ahí. La sociedad, que en junio acumulaba un déficit de ocho millones de euros, no ha rendido cuentas a la Sindicatura de Comptes a pesar de que es un organismo autónomo sometido al régimen de contabilidad pública. Mientras la deuda de Emarsa crecía, las remuneraciones de once de sus altos cargos, con 1,2 millones de euros de gasto anual (incluida la Seguridad Social) superaban a las del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Las actas de inspección levantadas hace escasas semanas por técnicos designados por el propio Emshi revelan un intento de fraude a Emarsa por parte de varias empresas que facturaron por obras y servicios que no se realizaron.

La auditoría operativa de 2009, hecha por Mazars, descubre más irregularidades, como es la existencia de firmas autorizadas para disponer individualmente sin límites de los fondos, a la vez que se constata una desviación de fondos del 83,40%. "La desviación más significativa respecto al presupuesto se detecta en la partida de Otros gastos de explotación", precisaba la auditoría.

Emarsa acabó descarrilando el pasado junio, cuando su propietario, el Emshi, aprobó primero una operación para enjugar pérdidas y después dio marcha atrás y acordó, con los únicos votos del PP, su disolución y liquidación. La depuradora de Pinedo depende desde entonces del ente de depuración de la Generalitat, el EPSAR. El principal partido de la oposición temió que se diluyesen las responsabilidades y denunció.

"A pesar de las solicitudes [de los socialistas] para conocer la gestión financiera de Emarsa, el gerente ha evitado en reiteradas ocasiones cumplir con la obligación de facilitar dicha información", denunció al Tribunal de Cuentas el portavoz socialista en Emarsa y el Emshi, Ramón Marí.

Si la investigación del tribunal confirma las irregularidades descritas por la auditoría, este organismo pedirá a los responsables la devolución de los fondos públicos mal utilizados.

De forma paralela, los socialistas han llevado el caso a la fiscalía de Valencia. A la vista de lo sucedido, el propio Emshi, donde el PP goza de mayoría absoluta, acordó hace unos días seguir la estela de los socialistas y solicitar la intervención de la fiscalía y del Tribunal de Cuentas en la gestión de Emarsa.

Carmen Martínez, secretaria del PSPV-PSOE en la provincia de Valencia, ha insistido en la coincidencia de que algunos de los miembros del equipo de dirección de Emarsa fueran cargos del PP local o pertenecieran a las juntas de distrito de la ciudad de Valencia.