Ginseng entre neones
Una metrópolis con cerca de 40 universidades. Solo en el distrito de Tajanglo hay más de 130 teatros. Recorrer Seúl supone todo un descubrimiento, con visita incluida al local del chef Luke Jang
Gran curiosidad ha despertado últimamente entre los viajeros occidentales el Asia oriental y supercapitalista. Pero no son muchos los que consideran la visita a la décima ciudad más grande del mundo. ¿No admitiría la mayoría el desconocimiento de este pueblo, la inquietud ante su gastronomía, cierto temblor ante la proximidad del avieso hermano norcoreano? Razones de más para internarse en esta metrópolis de 10 millones de habitantes, 24,5 si se considera el área metropolitana, segunda mayor del mundo por detrás de Tokio.
7.00 Budismo mañanero
Gran paradoja asiática: la ajetreada y veloz capital coreana empieza el día contemplativamente frente a la plácida y dorada imagen del boddishatva. El budismo seon -que en Japón derivó en zen- forma parte de la espiritualidad cotidiana de millones de personas. Más allá del eventual ratito de meditación matinal, extranjeros y nativos de todas las edades se acogen al muy popular programa de temple stay (estancia en los templos) que -en santuarios como los de Bongeunsa - A, Bongwonsa - B, Hwagyesa - C o Jogyesa - D- permite conocer la disciplinada rutina de los monjes. De ellos se dice que practican una de las formas de budismo más puras de Asia.
11.00 Una raíz con misterio
Si Asia encierra milenarios secretos sobre medicina natural, Corea atesora algunos de los más preciados. De entre todas las plantas de poder, ninguna como la más famosa del mundo: el ginseng. La raíz, que a menudo crece con forma humana, se vende a granel en el mercado popular de Namdaemun (5). Pero conviene estar atento a las notables diferencias de calidad. El bueno vale muy caro, habrá estado seis años bajo tierra y tendrá un color rojo vino. De más a menos, las variedades a tener en cuenta se llaman cielo (unos 346 euros los 150 gramos), tierra (unos 270) y bueno (146). Además, siempre puede optarse por los muy económicos tés y dulces de ginseng.
13.00 Delicias picantes y fermentadas
La comida coreana es una de las más extrañas, complejas y fascinantes del mundo. Exige, todo hay que decirlo, cierto valor al principiante, que puede sentirse intimidado por los sabores fuertes, la omnipresencia del picante y la importancia de los ingredientes fermentados. Celebérrimo es el kimchi, aperitivo a base de col picante que aparece en las tres comidas. Y favoritos son el bibimbap -plato de arroz con vegetales y carne- y el bulgogi -bufé de carne que el comensal cocina en una plancha habilitada en su propia mesa-. También sobre un plato caliente se presenta el pajeon o pizza coreana, convertida en haemul cuando lleva marisco. ¿Más? El poderoso galbijjim, especie de ragú de costillas de res. Y el pollo al ginseng. Todo se puede comer en cualquier restaurante nacional: recomendables los de estilo tradicional, como Sun Mi Nam (6) (38 Gwanhun-dong Jongno) o Pulhyanggi (7) (152-60 Samseong-dong Gangnam). O, convertido en experiencia posmoderna, en Congdu (8) (en el Seoul Museum of History; 50 Saemunan-gil), restaurante de cocina neocoreana regentado por el chef Luke Jang, el discípulo seulés de Ferran Adrià.
16.00 Té y arte en Insadong
Toda Asia siente predilección por el té, y Corea no es la excepción. Para comprar un rico té verde aromatizado puede visitarse cualquier tienda de la cadena O'Sulloc (www.osulloc.com), que cultiva su género en su propia granja orgánica en la isla sureña de Jeju. Mejor ir a la bellísima tienda del barrio de Insadong (frente a la galería Ssamziegil - (9)), encantador barrio que hay que visitar por su profusión de galerías de arte y restaurantes. Además, no hay mejor sitio para comprar cerámica, pinceles de caligrafía, textiles...
18.00 Atardecer en el barrio universitario
Según un reciente número de Newsweek, Corea del Sur es un punto clave mundial a la hora de cursar una carrera: hay cerca de 200 universidades en todo el país, y casi 40 están en Seúl. Una de las principales es la de Hongik (10), centro neurálgico de moda, diseño y cultura. El atardecer es un momento especial porque se llenan los cafés y centros culturales. Acaso el más interesante de estos es el centro de arte Sangsang Madang (11) (367-5 Seogyo-dong), multicomplejo de 11 niveles que contiene varios espacios expositivos, talleres de pintura, estudio fotográfico, sala de conciertos, cine, café y una academia donde se imparte cultura audiovisual, cómic o filosofía. El Sangsang puede vanagloriarse de dar continuidad al impulso creativo de artistas de prestigio internacional como Park Seo Bo, Lee U Fan o el ilustre pionero del videoarte Nam June Paik.
20.00 El gran salto teatral
Tres son los distritos culturales de Seúl: Insadong (12), Heyry (13) y Tajanglo - N. En este último hay 130 teatros, ¡más que en Broadway! La escena vive un gran boom en Corea -nación que dedica el 1% de su PIB al teatro-; de hecho, 12.500 obras se registraron en todo el país, 1.000 de ellas en este distrito. Y ya empieza a recoger frutos a nivel internacional. La obra Jump! fue ponderada por The New York Times como la alternativa asiática a Stomp. Añadiremos que esta función que une humor, teatro gestual y artes marciales es más original que la propuesta percusiva de la compañía británica. Entre Tigre y dragón y Marcel Marceau, si ustedes quieren.
22.00 Electricidad estática
De noche, el centro de la ciudad se convierte en una selva de electricidad estática, una fantástica guirnalda de neón esparcida por barrios céntricos como el muy moderno y popular Myeongdong (15). Los edificios albergan variadas ofertas. Sobresalen dos términos: los hofs -germanismo que designa bares y cervecerías en las que comer algo o tomarse un fragante capsule coffee- y los bangs (literalmente, habitaciones). Si son múltiples los establecimientos donde comer o beber (probar en el Bling Bling (16), en el barrio de Yeoksam-dong), son directamente incontables los PC bangs, suerte de cibercafés donde gente de todas las generaciones acude a jugar, navegar o socializar a través de Cyworld, la red social coreana que Facebook no consigue desbancar. Fuera brillan los luminosos de Samsung, LG, Hyundai, Kia...
24.00 La noche multicultural
Cuando decimos que Seúl es una ciudad multicultural nos referimos inequívocamente a Itaewon (17). El barrio más internacional de la ciudad debe su fama en buena (o mala) parte a la omnipresencia de soldados norteamericanos (recuérdese que cerca de 25.000 unidades forman parte del ejército común frente al impredecible hermano norcoreano). Marines aparte, Itaewon cobra todo su sentido de noche, cuando cierra el museo Leeum Samsung Museum (18) (proyectado por Rem Koolhaas), abren los restaurantes más distinguidos (Santorini (19), en 119-10 Itaewon-dong), los hoteles boutique abren sus coctelerías (como el IP, al pie de la estación de Itaewon (20)) y las discotecas calientan motores (caso del Volume Club (21), en 34-69 Itaewon-dong). El día termina ahí. O empieza, según los hábitos.
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