Como los chicos
Los resultados de Mireia Belmonte son para quedarse boquiabierto. Nadó en dos días las tres pruebas más duras de la natación y trabajó como un demonio. Lo hizo en unos campeonatos de piscina corta de muy buen nivel. Los 800 metros reflejan la altura competitiva de Dubái. En los 800 metros Mireia se midió a la plusmarquista mundial de 1.500 en piscina larga, la estadounidense Kate Ziegler. Debió superarla para ganar la plata.
Hasta hace una década, el calendario de los nadadores tenía dos picos: unos Juegos cada cuatro años y unos Mundiales también cada cuatro. Los grandes veían como un inconveniente en su puesta a punto estas competiciones de invierno. Ahora las reuniones se han multiplicado: Mundiales de piscina larga cada dos años, Juegos Panpacíficos, Copas del Mundo, Europeos de piscina corta, Mundiales de piscina corta... La ciencia del entrenamiento permite alcanzar hasta dos picos de máximo rendimiento por temporada y eso lo aprovechan nadadores y federaciones para ganar más dinero.
Tradicionalmente, la importancia de las marcas en piscina corta no fue tan grande. Pero estas medallas de Mireia tienen mucho valor. La marca de 400 estilos, esos 4m24s, es fabulosa: Kristy Coventry batió el récord mundial en 2008 con 4m26s. Hasta hace ocho años, un tiempo de chicos. Hace 40 años yo hice 4m45s en los 400 estilos. Fui tercero en un Europeo en 1.500 y si me hubiera tirado a la piscina con Mireia en mi mejor momento, en 800 me habría sacado 50 metros. En los años 60 no había medios y el conocimiento se limitaba a la biomecánica. La dedicación exclusiva, la mayor cantidad de entrenamientos, el control médico, es propio de los tiempos actuales. Mireia ha marcado un hito con medallas en 200 mariposa, 400 estilos y 800. Las tres carreras más exigentes.
Santiago Esteva fue el primer español en nadar una final olímpica, en México 68. Fue 5º en 200 espalda.
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