Estocada mortal a la moto catalana

El comité de empresa de la planta de Derbi en Martorelles (Vallès Oriental) se enteró de que Piaggio, la firma de motos italiana dueña de la planta, pensaba cerrarla cuando un empleado de la fábrica entró en la web de la matriz el lunes por la noche y vio el comunicado sobre los resultados del grupo. Alertó al presidente del comité de empresa, Josep Maria Farràs, de que en la última página del texto seis líneas en inglés sentenciaban su futuro: "Reestructuración del grupo de operaciones en España", dice el encabezamiento del párrafo.

En la fábrica hay actualmente cerca de 200 trabajadores. En una reunión del equipo directivo, explica Piaggio, se ha decidido que la actividad de la factoría "sea transferida a las fábricas italianas de Piaggio". Los rumores que agobiaban a los trabajadores desde 2009 se han hecho realidad. La empresa, dicen fuentes sindicales, pretende cerrar la factoría a finales de junio.

La oposición exige a la Generalitat que sea "menos tibia" que con Yamaha

Otro mazazo. Cataluña ha visto en tres años como su gran industria de la motocicleta ha sido desmantelada poco a poco. La culpa no ha sido de los bajos costes de producción de países del Este de Europa o del Norte de África. La producción de la fábrica que Honda tenía en Santa Perpètua de Mogoda (Vallès Occidental) se marchó a Atessa (Italia) en 2009. La producción de la planta de Yamaha en Palau-solità i Plegamans (Vallès Occidental), según anunció la compañía el mes pasado, se concentrará en Saint-Quentin (Francia). Y ahora, todas las motos que fabricaba Derbi, marca nacida en Cataluña en 1922, saldrán de factorías italianas.

Tras los anuncios de cierre de las multinacionales, resisten en Cataluña las firmas propias, que intentan mantenerse (como Rieju, en Figueres) o incluso renacer de sus cenizas (como Ossa, en Girona). También pelea por sobrevivir la industria de componentes, para la que la marcha de Derbi es otro duro golpe. Una de esas firmas dependientes es Manaut, fabricante de piezas y componentes metálicos para motocicletas, desde manillares hasta frenos y cambios de marchas. Ubicada en Martorelles y a pocos metros de Derbi, había sido proveedora de Honda y actualmente lo era de Yamaha. En cuatro años ha presentado tres expedientes de regulación de empleo (ERE) y ha reducido la plantilla de 160 personas a las 45 actuales. Carlos García, delegado de UGT en Manaut, se queja del abandono de estas pequeñas empresas auxiliares por las Administraciones: "Somos los marginados y no se dan cuenta de que sin las empresas pequeñas las grandes no existirían, porque nosotros fabricamos y ellos juntan las piezas".

La dirección de la fábrica de Derbi se reunió ayer con la Generalitat para explicar el comunicado. Hoy habrá otra reunión, en esta ocasión también con representantes de los trabajadores. "Los rumores de cierre estaban ahí, y por eso a finales de febrero ya nos reunimos con el comité de empresa, porque dos líneas de producción que debían haber llegado a Martorelles se fabrican en Italia. Trataremos de reconducir la situación. De momento, el fabricante no ha presentado ERE", señalaron ayer fuentes del Departamento de Empresa y Empleo.

La oposición se puso de acuerdo en exigir contundencia al Gobierno para que no se repita el caso de Yamaha, cuyo cierre el Ejecutivo catalán dio por hecho sin plantear batalla. "La reacción del Gobierno ha sido tibia", afeó la portavoz del PSC Laia Bonet. "El Ejecutivo no puede esconder la cabeza bajo el ala", abundó la portavoz de ICV, Dolors Camats. CiU consideró que la oposición hacía "demagogia" y el portavoz parlamentario Jordi Turull recordó que Derbi arrastraba problemas desde hacía tiempo y reprochó al anterior Gobierno su "actitud contemplativa", informa Maiol Roger.