Inmigrantes, políticos y 'mercedes'
A concurso, Le Havre, el nuevo trabajo de Aki Kaurismäki, gloria bendita del cine finés y otro cineasta europeo sin Palma de Oro. Esta vez, junto a su frío humor, una digresión reflexiva sobre la inmigración: "Es un problema demasiado grande como para dar respuestas. Todo procede de la colonización, de la situación en que Europa dejó a África tras la II Guerra Mundial, y es un poco tarde para arreglar eso. Pero si los políticos salieran de sus habitaciones de hotel y de sus Mercedes a lo mejor las cosas empezaban a cambiar un poco". Para encontrar ese puerto comercial en el que se desarrolla la acción, Kaurismäki recorrió toda la costa Atlántica, desde Portugal hasta Alemania: "La ciudad de Le Havre era mi última esperanza y, la verdad, es un sitio triste aunque no lo suficiente como para lo que yo quería hacer. Pero era lo más lejos que mi cabeza podía estar de Finlandia. Finlandia y Suecia son los únicos países que no podrían haber sido escenario de esta película, porque nadie está tan desesperado como para ir allí".
Por otro lado, es perfecta en su arquitectura, porque mi director de fotografía la odia". A su lado, el actor francés Jean-Pierre Darroussin describió la importancia de los objetos en las películas de Kaurismäki: "Formas parte de una coreografía, y tú eres uno con todo lo que te rodea, no eres un simple busto parlante. Todo está conectado. La posición es fundamental, y más te vale llevar el guión aprendido, porque luego Aki hace una o dos tomas y a otra cosa". Tranquilidad entre sus fans: no habrá un Kaurismäki en 3D. "Lo importante del cine es la historia, es lo que la gente sigue. No haré tonterías así, aunque hasta el maestro Hitchcock se volvió loco al final de su carrera con las fruslerías técnicas".
Babelia
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