Miró pide el concurso de acreedores y se deshará de 30 tiendas
La firma de electrodomésticos, que debe 280 millones, no descarta despidos
La imposibilidad de hacer frente a sus deudas ha arrastrado a la cadena de electrodomésticos Miró al concurso voluntario de acreedores. Los pagos pendientes con sus proveedores y las entidades financieras ascienden, ahora, según fuentes judiciales, a 180 millones de euros, pero crecerán en breve hasta los 280 millones por el vencimiento de algunos créditos. La empresa tendrá que presentar ahora un plan de viabilidad que supondrá, según los asesores legales de la compañía, una reestructuración que prevé la venta o el cierre de 30 establecimientos.
El abogado que asesora a Miró aseguró que la empresa "se someterá a una reestructuración que pasará por desprenderse de establecimientos, repartidos por toda España". El letrado agregó que aunque la prioridad es venderlos y que se mantenga la plantilla, no descartó realizar despidos "en aquellos que no se puedan traspasar". El abogado aseguró que de los casi 150 establecimientos que tiene Miró en España, solo se podrán conservar "alrededor de un centenar", y añadió que la prioridad será recolocar a todos los trabajadores que queden afectados, sin precisar la cifra. La plantilla hoy asciende a unas 1.500 personas.
Los representantes sindicales, sin embargo, confían en la viabilidad de Miró y enviaron un comunicado a los trabajadores en el que llaman a la tranquilidad. José Miguel Martínez, miembro del comité por CC OO, se mostró convencido de que la empresa "es solvente" y aseguró que en la reunión "no se habló de despidos".
La dirección de la cadena de electrodomésticos convocó el martes por la mañana una reunión de urgencia con los representantes de los trabajadores en la sede de la compañía en Martorell (Baix Llobregat) para anunciarles el concurso. Tras la reunión, los sindicatos eran optimistas. Tanto UGT como CC OO, los de mayor representación dentro de la empresa, enviaron sendas notas en las que aseguraban que confiaban en que Miró "resolvería satisfactoriamente sus problemas económicos" sin necesidad de "cerrar ninguna tienda" ni de "despedir a nadie". Aitor Ballabriga, presidente del comité de empresa (UGT) reconoció, no obstante, que hay una cierta "incertidumbre" en la plantilla, pero confía en que los responsables de la compañía "darán la cara" por ella y "lucharán para salvar los puestos de trabajo".
Establiments Miró fue fundada en 1971 por Francesc Miró, el actual director general, cuando solo tenía 15 años. Empezó siendo una pequeña tienda en Martorell, pero pronto creció y se extendió por toda España con una red de establecimientos dedicados a la venta de electrodomésticos y de electrónica de consumo. En los últimos años, desde el inicio de la crisis económica, la cifra de ventas de Miró ha ido descendiendo, según su abogado y después de un 2010 que dejó una situación "insoportable" no se ha remontado el vuelo en lo que va de año. Las últimas cuentas presentadas al Registro Mercantil, de 2009, indicaban una facturación de 332 millones de euros, 20 millones menos que en 2008, y un beneficio de 935.476 euros. Los datos de ventas del comercio minorista acentuaron su descenso en el primer trimestre de 2011 y en toda España, solo en marzo, la caída fue del 8%.
Todo ello ha dejado a Miró, según el abogado, con una deuda con los proveedores de 120 millones de euros (aunque 100 de ellos están cubiertos con ocho aseguradoras de riesgo) y 60 millones de euros de deuda bancaria que se incrementarán hasta los 160 millones una vez que se produzcan los nuevos vencimientos previstos. Los abogados de Miró afirman que la empresa tiene la "voluntad clara" de continuar con su actividad y aplicar el plan de viabilidad que se acuerde en el concurso.
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