Un gran festival llamado Montjuïc
Las actividades de la 'nit blanca' de Barcelona llenan de público la montaña
Este año había ganas de fiesta. El programa en la mano con las citas infalibles subrayadas en fosforito. Grupos organizados con las ideas claras. Con un presupuesto de 600.000 euros, un poco menos que el año pasado por la reducción de escenarios (de 13 a 10) el Ayuntamiento ofreció un picnic de los 20 principales festivales de la ciudad, entre ellos el Sónar, el BAM, el Cruïlla o el Primavera Sound. Esta vez más concentrado para evitar los problemas de dispersión del año pasado, a los que no ayudaron que coincidiera con un partido del Mundial.
A las 22.00, con el cielo aún azul de julio, empezaban las carcajadas. Por si alguien lo dudaba, es verdad. Media Cataluña está enganchada al APM, pero el reto de pasar de la tele al escenario era alto. Empezó algo lento, pero justo cuando los aspersores del paseo del Estadi Olímpic se enciendieron remojando a los que aprovechaban para cenar en la hierba, la cosa se empezó a animar. Con la canción del verano que ha puesto de moda el programa Volley Playa y las pelotas hinchables rebotando entre las cabezas la noche se empezaba a calentar. De los gags a una batalla de gallos. Un cursillo exprés para aprender a tener la última palabra. Treinta raperos trazando rimas -"no termina aún perfecto, me voy a salir en directo"-. El objetivo, grabar un disco y poder participar en la siguiente edición del Hipnotik, el festival de rap del verano. Unos metros más arriba, se formaban colas para entrar en el MNAC y para disfrutar de las vistas sobre la ciudad, con un semi-encapotado Tibidabo de fondo. Mientras, en un Teatre Grec sin una plaza libre, la cantaora onubense Sandra Carrasco enamoraba al público acompañada por el pianista cubano Ivan Melón Lewis, en tanto otros terminaban de cenar o daban paseos, helado en mano, por los jardines. Los más cinéfilos, o los que querían descansar el alma y los pies entre tanto concierto, optaron por una degustación del In-Edit Beefeater en Caixa Fòrum, con la proyección de los documentales Soul train sobre el programa televisivo de música negra y When you're strange, el mítico de los Doors.
Mishima ofreció un concierto multitudinario en el Castillo
Hacia la media noche había un objetivo claro: llegar al Castillo de Montjuïc. En el bus lanzadera no cabía ni un alfiler y era fácil entender porque hay quién optaba por subir hasta lo alto de la ciudad en patines agarrado a una vespa... Todo vale para arribar hasta el foso de Santa Elena -¡cuánta humedad!- y unirse al concierto multitudinario de Mishima. David Carabén y los suyos siempre son un buen plan. Y más si es gratis.
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