La pasión según Kierkegaard
La corrida de ayer de Dolores Aguirre dio la pauta de sus clásicos toros. Animales descastados, sin emplearse en el caballo, pero con mucho poder. Toros para saber lidiaros y exponiendo lo suyo. Así lo demostró el torero vallisoletano Joselillo, quien ha dejado en los años anteriores tardes muy vibrantes, justamente con toros de la ganadera de Berango (Vizcaya).
Y vibrantísima fue su faena al tercero de la tarde. Lo que dejó ver en su toreo fue que tiene un valor de ley. Supo entender al toro dándole mucha distancia en cada tanda realizada. Y ahí estuvo la clave de su éxito, porque se trata de una actuación muy notable y vibrante, como una mina de plata. Al citar de lejos, el torero está exponiendo mucho, pero digo que mucho.
AGUIRRE / CORTÉS, AGUILAR, JOSELILLO
Toros de Dolores Aguirre: Impecablemente presentados, en general descastados, con poder fisiológico todos; el mejor, el tercero; el sexto, el de más peligro.
Salvador Cortés: estocada tendida -aviso- cae el toro (silencio); estocada caída -aviso- y descabello (silencio).
Alberto Aguilar: pinchazo y bajonazo (silencio); pinchazo y estocada (silencio).
Joselillo: gran estocada (oreja); estocada (vuelta al ruedo).
Plaza de toros de Pamplona. Quinto festejo de abono. Lleno. Sábado 9 de julio.
Estas corridas y esta actuación de Joselillo son parte de la tauromaquia de ahora y de siempre. Los toros de la ganadera Aguirre mostraron, como hemos dicho, poder, energía y cuajo como para regalar. Cierto que no fueron bravos, pero a varios de ellos se les pudo dar pases de cierta solvencia; por ejemplo, al primero de la tarde y a otros más.
Es cierto que a Joselillo le tocó el mejor toro, sin embargo no es menos cierto que pechó con el más peligroso de los seis, o sea, el sexto. Empezó Joselillo la elaboración del toro del triunfo con una larga cambiada. La cuadrilla banderilleó muy bien a ese toro. Y con la muleta en la mano citó al toro con las dos rodillas en tierra. Después llegó la fase vibratoria. Sus tandas con las dos manos llenaron la tarde de movimientos vibrantes. Citando siempre de lejos. Lo hacía por dos motivos; uno, porque conoce cómo debe torearse este encaste; dos, porque sabía que debía torear imperiosamente con la mayor de sus pasiones. Loor a los toreros valientes.
Tanto Salvador Cortés como Alberto Aguilar, pusieron mucha voluntad y en algunos momentos dejaron sobre la tarde pamplonesa algunos pases sueltos meritorios. Queda en el aire la gran pasión de Joselillo. Para quien Kierkegaard llegó a recordar una idea: "Quien se pierde por su pasión, pierde menos que quien pierde la pasión".
Babelia
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