Miranda July, auténtica
¿Qué es la autenticidad? ¿Poseer un estilo propio, un universo alejado de los convencionalismos, una mirada radical a la hora de abordar los grandes temas del género humano, un incomparable sentido de la autosuficiencia? Según tales parámetros, Miranda July, prestigiosa artista multidisciplinar, creadora de performances, músicas, relatos y películas, habitual de festivales, museos y paradigma de hasta dónde pueden llegar las posibilidades de la inventiva cibernética, es una creadora auténtica. Pero, ¿en qué momento la autenticidad rebasa la línea de peligro para convertirse en pura extravagancia, en incomprensible material de derribo, en el último exponente del perro verde solo apto para habitantes, como la propia autora, de un universo paralelo al que resulta difícil, quizá imposible, visitar? Respuesta: cuando se hacen películas como El futuro, acercamiento de July a la soledad del treintañero, a la dificultad (¿imposibilidad?) de la vida en pareja, al (auto)sometimiento personal a través de comportamientos esquivos, a la incomunicación de la generación presuntamente más comunicada de la historia.
EL FUTURO
Dirección: Miranda July.
Intérpretes: Miranda July, Hamish Linklater, David Warshofsky,
Isabella Acres.
Género: drama. EE UU, 2011.
Duración: 91 minutos.
Por desgracia, el insólito, desconcertante, ultrarromántico y enternecedor mundo de su ópera prima, Tú, yo y todos los demás (2005), ha dejado paso a un atrevimiento más suicida que excéntrico. No es solo que la película sea monótona, insustancial a pesar de sus temas, que se aleje del realismo, de la lógica narrativa, que esté contada por un gato o que uno de los personajes mantenga diálogos con la Luna. Es todo ello al alimón, unido a una puesta en escena feísta, a una visualización y a una sonorización de las palabras del personaje del gato directamente atroz y, en definitiva, a un universo, al menos para un servidor, hasta ahora seguidor de July, incomprensible. En contadísimas ocasiones hay ocurrentes borbotones de desamparada comicidad: "¿Qué estás leyendo?"; "Secador de pelo, tres dólares, gran oferta". Pero al momento se vuelve al alambre que separa lo sublime de lo ridículo. Ni rastro de su colorista pesadumbre. Solo desconcierto. July, auténtica.
Babelia
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