Los precios del transporte suben más que el IPC en plena crisis

"Ya me parece caro ahora, así que en 2012... imagina", dice un usuario de transporte público en Valencia. Y es que a partir del 1 de enero coger el autobús, el metro o el taxi será más caro en las grandes capitales valencianas. Las empresas públicas se han visto obligadas a ajustar los servicios y subir sus tarifas para evitar más deuda y compensar el recorte de ayudas de la Generalitat. Las asociaciones de consumidores han reaccionado: "Los títulos de transporte no deben subir por encima del IPC, sobre todo, en medio de una crisis como esta". Este índice se situó el pasado noviembre en el 2,9% interanual.

La Agencia Valenciana de la Movilidad aprobó el pasado día 20 las nuevas tarifas para 2012. Crecen la práctica totalidad por encima del IPC. Las tarifas de Metrovalencia suben una media del 5%. El billete sencillo sube cinco céntimos y el bonometro, 30. El tique de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Valencia valdrá 20 céntimos más -un 15% de aumento-, y el bonobús de 10 viajes costará 55 céntimos más, con un 8% de subida.

El billete de autobús sube 20 céntimos en Valencia y 15 en Alicante Los consumidores desaprueban una subida de tarifas mayor que el IPC

Los usuarios del área metropolitana de Valencia soportarán un aumento de las tarifas del 5,2%, con 1,90 euros el billete. El servicio de Valenbisi también tiene previsto subir en mayo seis euros. Y el servicio de taxi crece en las tres capitales de provincia de la Comunidad Valenciana.

La situación en Alicante es parecida. Allí, el billete de autobús sencillo sube un 12% y el bono combinado para bus y tranvía, el más usado, crece un 8%. La medida más impopular en esta ciudad ha sido limitar el carné Oro de los pensionistas y jubilados dejando los 90 viajes gratis en apenas 12. El bono joven, para estudiantes, también se encarecerá un 20%. Alicante es la única de las tres capitales donde el transporte público está concesionado a una empresa privada, aunque las críticas llevaron al Ayuntamiento, que gobierna el PP, a anunciar el pasado viernes que estudiaría rescatar la concesión cuando expire en 2017.

La subida de tarifas no va a acompañada de medidas que retiren coches de las grandes ciudades valencianas y potencien el uso de los transportes públicos. La filosofía es penalizar el uso de los billetes sencillos, que alcanzan precios elevados, propios de viajeros esporádicos. "La idea es potenciar los bonos que, aunque suben, resultan económicamente más ventajosos a los usuarios", advierten tanto desde la EMT como desde Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV).

Los usuarios no opinan lo mismo. "Es una subida feroz, indiscriminada y que no tiene nada en cuenta", se quejan Manuel Parra y Julián Pérez, jubilados de CC OO y UGT, que el viernes protestaron ante el Consistorio alicantino contra el recorte en el transporte público. Ambos usan el autobús a diario para sus gestiones, para ir al médico, al sindicato. Pero con 12 viajes gratis al mes, recuerdan, se puede hacer poco. "A muchos les supondrá quedarse en casa", enfatizan. Y lamentan el recorte de un servicio que lograron los sindicatos recogiendo firmas hasta que el alcalde Luis Díaz Alperi recogió el guante.

"La clave es la calidad", resume el coordinador de la Plataforma Comarcal por la Movilidad Sostenible de L'Alacantí, Roge González. "El transporte público hay que mejorarlo para que sea de calidad y subirle el precio a jóvenes y jubilados va en contra de potenciarlo", argumenta González. El colectivo considera que si hay que penalizar a alguien debe ser al transporte privado. "Lo más fácil es subir los precios porque las cuentas no salen, pero es un error que lo único que hace es perjudicar al usuario cautivo [el que no tiene alternativa para viajar]", esgrime.

Muchas de estas subidas se producen para hacer frente a los déficits que acumulan las empresas públicas, pero también por el descenso de las subvenciones que concede la Generalitat. Un colectivo afectado por este recorte es el de los titulares del carné Jove, que pagarán en 2012 un 40% por el abono transporte mensual de la EMT y de Metrovalencia. Si este año el abono mensual de la zona A, que permite combinar ambos medios de transporte, costaba 29,70 euros, el año próximo valdrá 41,60 euros, un 40% más.

Valencia es en transporte público una de las capitales más caras de España si se compara el precio del billete y la extensión de la red. La organización Facua-Consumidores en Acción calcula que viajar en autobús cuesta una media de 0,66 euros si se utiliza tarjeta recargable y 1,05 con billete univiaje o sencillo. En la capital valenciana el tique sencillo de autobús costará el año próximo 1,45 euros y el bonobús de 10 viajes, 0,75 euros por trayecto. Ambas tarifas superan las medias.

En otras capitales españolas como Madrid, el precio del billete de metro pasó a mediados de año de 1,15 euros a 1,50. FGV, gestora de Metrovalencia y el TRAM de Alicante, no subía sus tarifas desde 2009, con la excepción del aumento del IVA impuesto por el Gobierno en 2010. El incremento previsto para 2012 está por debajo del experimentado por el IPC en los últimos años, superior al 6%. Este índice ha crecido en el sector del transporte un 9,7% en tres años, añade FGV en su descargo.

En Barcelona, como ha sucedido en las capitales valencianas, los precios subirán una media del 7,8%. La T-10, el título más utilizado en el área metropolitana de Barcelona, se incrementa un euro, un 12% más.

Las asociaciones de consumidores han criticado estos ascensos de las tarifas, sobre todo en un momento de crisis y desempleo como el actual. Fernando Móner, presidente de Avacu, asegura que estas tarifas no deben crecer por encima del IPC y, en caso de hacerse, ha de explicarse con pelos y señales a qué mejoras se destinará la recaudación. Para la Unión de Consumidores (UCE), las necesidades de recaudación de las Administraciones públicas no debe pasar por incrementar las tarifas a los ciudadanos. Al igual que Avacu, la UCE insiste en que la subida de precios no debe superar el IPC.

Llueve sobre mojado. Los usuarios de la EMT de Valencia ya pedían, antes de esta nueva subida, una rebaja del precio del billete, según recoge una encuesta realizada por la OCU en 33 ciudades españolas. Los castellonenses son los más insatisfechos con la calidad de su transporte público y los alicantinos tampoco están en la parte alta de la tabla.

Para Vicent Torres, consultor en cuestiones relacionadas con la movilidad sostenible, la única forma de autofinanciar el transporte público es haciéndolo potente y retirando coches de la vía pública. "Poco a poco el servicio ha ido empeorando y solo se queda el usuario cautivo, el que no tiene otro medio de desplazarse que los transportes públicos", analiza Torres.

Para ganar viajeros es imprescindible, añade Torres, no encarecer el billete pero, sobre todo, mejorar la frecuencia de paso y la fiabilidad del servicio. "Cuando era pequeño, en Paterna, tenía un tren cada cuarto de hora. Décadas después tengo un metro cada cuarto de hora. La movilidad no ha mejorado", señala este consultor. Según Torres, faltan más inversiones en transporte público.