Un grande en las piernas
Tras 4h 50m de intenso duelo frente a Murray, el serbio Djokovic se cita mañana en la final con Nadal, que está en una forma "genial" y con un día más de descanso - El número uno ha ganado al español sus seis últimos partidos
"Va a ser doloroso. Prepárate para sufrir. Prepárate para la victoria. Prepárate mentalmente para muchos puntos duros en los que tus piernas estén dolidas y te quemen". Antes de las semifinales del Abierto de Australia, el tenista británico Andy Murray escucha todo eso de boca de su entrenador, el mítico Ivan Lendl, pero nada, ni siquiera esa tenebrosa parrafada, puede prepararle para lo que le tiene reservado el serbio Novak Djokovic: 4h 50m de tortura mental y física que le dejan fuera de la final (3-6, 6-3, 7-6, 1-6 y 5-7) tras remontar un break en la quinta manga y soñar con sacar por el partido (5-5 y 40-15). El número uno mundial se enfrentará mañana por el título a Rafael Nadal, que ganó el jueves al suizo Roger Federer y tiene un día más de descanso. Esa es una ventaja estratégica: de maratón en maratón, los dos primeros jugadores que se cruzan en tres finales seguidas del Grand Slam en la era abierta (desde 1968) llegan al duelo tras pasar por la enfermería.
"Ante Nadal será un encuentro físico. ¡Haré flexiones!", dice Novak
En la era abierta, son los primeros en medirse en tres finales seguidas
"Va a ser crucial que me recupere físicamente", advierte Djokovic cuando las agujas del reloj ya se acercan a las dos de la madrugada en Melbourne. "Estos días he ido al médico. También he hablado con algunos colegas que han tenido problemas de alergias sin razón aparente, malas reacciones, cuando nunca antes las habían tenido", continúa el serbio, que pedía pañuelos para sonarse la nariz y respirar mejor durante su partido. "Supongo que ese es mi problema. Hago todo lo posible para quitármelo de encima, pero es muy difícil: estamos rodeados de flores", añade. "Ha sido uno de los partidos físicamente más duros que nunca disputé. Quizás, el más largo de mi carrera a estas alturas de un torneo grande. Pero mental y emocionalmente fue incluso más duro. Ante Nadal, obvio, será un partido físico. ¡Haré flexiones esta noche!", cierra entre risas.
Esto es lo que ve Nadal mientras descansa plácidamente: un partido con 18 breaks en el que Djokovic, asfixiado cual pez fuera del agua, corre que se las pela mientras pasa por lo que él mismo define como "un bajón físico". Esto es lo que debe de pensar el español relajado en su habitación: su verdadera ventaja es el día extra de descanso porque pierde en la comparación en tiempo total de juego (16h 33m por 14h 58m) y en el acumulado en los dos últimos partidos (7h 58m por 7h 34m). Nadal decidió su encuentro con Federer en 3h 42m. Djokovic se enfrenta al rey del ritmo, un enamorado de las largas batallas, tras ver cómo Murray le cocinaba el cuerpo con 4h 50m de durísimos intercambios. Con un día más de tregua para el mallorquín, esa 1h 8m de diferencia puede ser un mundo.
Nadal, sin embargo, ha perdido sus seis últimos duelos con Djokovic, seis finales, entre ellas las de Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos de 2011. Ayer, mientras se entrenaba, no había rastro del vendaje que protege su rodilla derecha desde el primer día, cuando se refugió entre lágrimas en su habitación pensando en que no competiría. No se aprecia que se mueva con cautela mientras castiga la pelota con una derecha tras otra. No hay señal tampoco de los problemas que le afectaron tras un saque en el tercer set contra Federer. "Parecía que no me aguantaba la flexión y que me iba para abajo, pero fueron seis u ocho puntos y se me pasó", dijo en Canal + tras su victoria. Es el misterio del hueco poplíteo.
"Le pegó no ya un pinchazo, sino una molestia en el hueco poplíteo, por detrás de la rodilla, que enseguida se le pasó", explica el doctor Cotorro, su médico personal y el de la federación española; "tras explorarle, concluimos que es un tema muscular sin ningún valor. En cuanto al vendaje, jugar no es lo mismo que entrenarse. Tiene una función mecánica de sujeción y le hace sentirse más cómodo porque tiene la sensación de que la rótula está más fijada".
Nadal, que si perdiese se convertiría en el primer tenista que cede tres finales grandes consecutivas en la era abierta, dice sentirse físicamente "genial". Explica que su rodilla no tiene "ningún problema". Es conocida además su capacidad para jugar entre dolores. Todo eso necesitará contra Djokovic, uno que frente a Murray necesitó apoyarse sobre la raqueta igual que el anciano se asiste de su báculo; uno que luego, corriendo y corriendo, visitó las esquinas de la pista como un parabrisas diabólico. El serbio, que, en caso de triunfo, sería el segundo jugador en activo con más títulos sobre cemento (serían 21, lejos, eso sí, de los 48 de Federer), es dueño de un lenguaje corporal como mínimo engañoso.
En consecuencia, Murray le dejó a Nadal un consejo: "El día extra de descanso le va a ayudar. Vi a Novak respirando con dificultad en el quinto set, pero ya habíamos hablado de eso antes del partido. Hace eso muchas veces. Incluso así corre muy bien. Incluso cuando parece respirar pesadamente, cuando parece cansado, tienes que apretar el acelerador y no esperar a que falle porque está golpeando la bola muy limpiamente".
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