“La relación con China genera una bonanza impresionante”
El economista jefe del Banco Mundial para América Latina defiende que las relaciones con el gigante asiático, ávido de materias primas, es clave para la región
Con solo 39 años, el ecuatoriano Augusto de la Torre (2 de julio de 1953) se puso al frente del banco central de su país. Y desde 2007 es economista jefe del Banco Mundial para América Latina, una región que ha conseguido afrontar con bastante éxito la crisis global gracias en parte a China. El aumento de las relaciones con el gigante asiático, ávido de materias primas, ha sido clave: “Ha generado una bonanza impresionante”, dice en una entrevista en Madrid, donde estuvo de visita a mediados de junio.
Pregunta. Tras lograr escapar de las turbulencias globales y empezar a recuperarse en 2010, América Latina atraviesa una etapa de desaceleración.
Respuesta. El desempeño de la región durante la crisis fue mejor de lo esperado. La capacidad de absorber la volatilidad generada por la crisis global y la recuperación posterior fueron sorpresivas. Indudablemente, hay una heterogeneidad dentro de la región. Pero lo que queda claro es que aquellos países latinoamericanos que se han ido conectando con China y que son ricos en recursos naturales han tenido en general un desempeño mejor que el resto.
P. ¿La crisis de deuda europea tiene que ver con la desaceleración?
R. En 2011 ya se anticipó que la región iba a desacelerarse en 2012. Así que no todo el menor crecimiento que se espera para este año es el resultado del recrudecimiento de las tensiones financieras mundiales provenientes de Europa. Una buena parte de esa desaceleración es un simple fenómeno cíclico. Pero el recrudecimiento de las tensiones en los mercados de deuda soberana en Europa y la fragilidad de la recuperación norteamericana son dos factores que influyen en las previsiones para 2012. El Banco Mundial augura un crecimiento en la región del 3,3% del PIB, inferior al que habíamos previsto inicialmente de entre el 3,5% y el 3,7%. Y esto refleja el deterioro en la situación global.
P. ¿Cómo está afectando en concreto la crisis europea?
R. Los principales indicios de trasmisión se ven en las variables financieras. Los mercados de valores de la región han caído en general en los últimos. Por otro lado está la entrada de capitales, que había sido muy fuerte en el primer trimestre de 2012 y que se ha desacelerado en los últimos meses. Hay un efecto global que hace difícil saber si está asociado o no al problema en Europa. Además, el precio de ciertas materias primas ha tenido pequeñas reducciones.
P. ¿Está preparada América Latina?
R. En comparación con su pasado, con su tradición histórica de debilidad, la mayor parte de las economías de la región están muy fortalecidas. América Latina ha desarrollado un sistema inmunológico más fuerte. Aquellos factores que solían amplificar las turbulencias internacionales ahora son amortiguadores. Por ejemplo, las monedas son más flexibles: en un contexto de mayor credibilidad, la flexibilidad de la moneda se ha vuelto un amortiguador importante. Y lo hemos visto en las últimas semanas: las monedas han perdido valor frente al dólar generando un ambiente de mayor competitividad y un poquito de alivio sobre las exportaciones. Ese ajuste no ha tenido repercusiones adversas en el mundo financiero. Además, en los años noventa el riesgo de fuga de capitales era tan grande que para evitarlo los bancos centrales se veían obligados, incluso en los momentos difíciles, a mantener las tasas de interés altas. Como ahora la confianza se ha fortalecido, los bancos centrales pueden mantener o bajar los tipos.
P. ¿Qué ventajas y peligros conlleva la relación con China?
R. En 2001, la gran preocupación era que China iba a desplazar a los países latinoamericanos en los mercados internacionales. En algunos casos así fue. Pero lo que quizá nadie esperaba era que China iba a complementar a la región a través de este tremendo crecimiento de la demanda de materias primas. China es ahora una máquina económica que tiene una demanda casi insaciable por materias primas minerales y agrícolas. Y América Latina es una región privilegiada en recursos naturales. La complementariedad con China a través de las materias primas ha generado una bonanza económica impresionante. Mucho de ese crecimiento ha sido por el crecimiento de la capacidad adquisitiva, que ha aumentado porque los precios de las exportaciones han subido mucho más que los precios de las importaciones. Así, los ingresos nacionales han excedido la producción nacional, y eso ha generado una bonanza de crecimiento y de recursos que ha permitido a la región entrar en una nueva etapa de su historia económica.
P. ¿La bonanza ha sido para todos?
R. Este ha sido un periodo en el que la pobreza se ha reducido de una manera muy significativa. De 2003 a 2011, 73 millones de latinoamericanos salieron de la pobreza moderada que supone vivir con menos de cuatro dólares diarios. También ha habido un crecimiento de la clase media: a principios de la década pasada, cerca del 20% de la población era clase media; ahora es el 30%.
P. ¿Depender tanto de los recursos naturales puede ser un problema?
R. Ese es el lado preocupante de la relación con China, que hasta ahora ha sido una relación dominada por el comercio de materias primas. En el Banco Mundial consideramos que la abundancia de recursos naturales tiene un riesgo importante, pero no es necesariamente una maldición. Todo depende de la calidad de la política pública con la que se administran esos recursos. Pero los desafíos de administrarlos bien no son triviales. Numerosos países son ahora prósperos e, históricamente, esa riqueza se generó sobre la base de la abundancia de recursos naturales, como Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda o Noruega. Pero también ha habido países que han visto cómo esa abundancia ha corroído las instituciones, ha impedido el desarrollo de otros procesos productivos y ha generado más volatilidad.
P. ¿Qué efecto tendrán las expropiaciones sufridas por empresas españolas en la región?
R. La percepción sobre la región en su conjunto no se está viendo afectada, debido a que no se percibe un contagio que en el pasado sí se percibía. La columna vertebral de los países de la región tiene una política de apertura comercial a la inversión directa extranjera. Otra cosa es cómo podrían afectar estas decisiones en concreto a los países que las toman.
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