Aspirina 100% asturiana
La planta de Bayer en Langreo asume toda la producción mundial de ácido acetilsalicílico
No importa en qué lugar del mundo se consuma una aspirina. Allí donde eso ocurra (y ocurre 200 millones de veces cada día en el planeta), el más universal y popular de los analgésicos tendrá origen asturiano.
La planta que la compañía farmacéutica alemana Bayer posee en Langreo (Asturias), y que desde hace décadas ya es la principal fábrica de la multinacional en la producción de ácido acetilsalicílico (el principio activo de Aspirina y de la cardioaspirina Adiro), concentrará a partir de ahora la totalidad de la elaboración mundial de ambos fármacos.
Bayer anunció esta semana, coincidiendo con el 70º aniversario de su factoría de Asturias, una inversión de seis millones de euros en la factoría para ampliar su capacidad en más del 20%, hasta casi las 6.000 toneladas anuales de ácido acetilsalicílico, un componente con propiedades terapéuticas como analgésico, antiinflamatorio y antipirético y preventivas de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.
El producto se elabora en Asturias en forma de polvo y se exporta a cinco factorías del grupo en varios continentes, en las que se comprime en pastillas con distintas presentaciones: grageas, efervescentes, masticables, granulado y otras modalidades.
La planta langreana, que tiene 160 empleos, es una de las cuatro únicas fábricas especializadas en la producción de diversos principios activos de la compañía alemana.
Las instalaciones españolas pasarán a asumir el 10% de producción de acetilsalicílico de Bayer que se fabricaba fuera de España. La multinacional alemana había localizado durante los últimas tres décadas parte de la producción de la Aspirina en dos plantas en Turquía y Colombia.
La factoría asturiana deberá ser capaz de atender el aumento previsto de la demanda mundial (entre el 5 y el 8% anuales) de estos productos. Por eso, la compañía anunció que valora la posibilidad de una segunda ampliación de la fábrica asturiana una vez que culmine la inversión recién aprobada y que permitirá dotar a la planta con nuevos equipos en los procesos de cristalización, centrifugación y secado, y la ampliación de sus instalaciones energéticas y de destilaciones.
En plena cuenca minera y metalúrgica del Nalón, uno de los entornos fabriles más relevantes de la industrialización asturiana que arranca a mediados del siglo XIX, y en el que en los últimos 30 años se han demolido durante los procesos de reconversión hornos altos siderúrgicos y castilletes mineros, y donde pervive la amenaza sobre algunos talleres metalúrgicos relevantes y las pocas minas de carbón que sobreviven, la planta de Bayer, muy cercana a una central térmica de Iberdrola, aleja cualquier riesgo de deslocalización —un temor que cundió en 2007 y que ya entonces la multinacional desmintió— y se consolida como única fábrica de Bayer en la elaboración de varios principios activos farmacéuticos para uso humano —caso del ácido acetilsalicílico, entre otros— y veterinario.
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