Texas: de imperio del petróleo a líder en energía eólica gracias a Iberdrola
El grupo español opera a plena capacidad un campo que genera tanta electricidad como una central nuclear
Los molinos de madera que extraen agua de los pozos son una imagen inconfundible al sur de Texas (Estados Unidos). El viento sopla constante desde el final de la mañana hasta entrada la tarde desde el golfo de México, justo cuando más se necesita. Al lado de estas escuálidas estructuras emergen en línea gigantes de acero de más de 90 metros de altura. Son los molinos de viento que han convertido a la mayor región productora de petróleo de Estados Unidos en la más importante en capacidad de energía eólica. Y en solo dos décadas.
Iberdrola opera en el estado texano a plena capacidad el campo eólico más grande del grupo en el mundo. El complejo Peñascal, que ocupa parte del rancho propiedad del organismo John G. Kenedy Charitable Trust, uno de los más antiguos en Texas, está a dos horas en coche desde Corpus Christi, en la frontera con México. Hay más de 200 kilómetros de caminos para poder llegar a sus 269 a sus aerogeneradores.
El campo en la bahía de Baffin tiene capacidad para alimentar 210.000 hogares con sus 606 megavatios de potencia
“Aquí sopla siempre el viento”, señala Héctor Leos, uno de los técnicos que mantiene estos molinos de la era digital, mientras Joe Stiles, el patrón del rancho, que hace las veces de anfitrión, se aguanta el sombrero de cowboy al bajarse del todoterreno. Es un firme defensor de que la naturaleza se regule a sí misma. Reconoce que hay gente en su condado que tiene miedo a la innovación. “Pero no he visto ningún impacto negativo en la vida salvaje”, asegura.
El campo en la bahía de Baffin tiene capacidad para alimentar 210.000 hogares con sus 606 megavatios de potencia. La instalación dobla en capacidad la que opera Iberdrola en Huelva y se aproxima a la de una central nuclear. Es un complejo “único”, señala Erik Lalum, el ingeniero al frente de los proyectos de renovables del grupo energético en EE UU, al explicar que el complejo es un híbrido entre los campos en tierra firme y los que emergen en el mar.
Molinos cerca del agua
Los molinos más próximos al agua están a un kilómetro de la orilla, donde las dunas se mueven constantemente. El castigo al que somete el viendo salado, mezclado con arena, a las estructuras es constante. “Es como llevar el coche a un taller para que te cambien la pintura”, apunta Stiles, “muy corrosivo”. Los pedestales que los mantiene en pie, en lugar de estar escavados para ganar soporte, emergen casi dos metros porque el agua está muy cerca de la superficie.
El coste total de la inversión de Iberdrola en Peñascal asciende a 1.200 millones de euros. El complejo se construyó en tres fases. La primera se completó en 2009. La segunda entró en operación en 2010. Las dos usan aerogeneradores de Mitsubishi. La tercera fase se finalizó este verano y opera con ingenios de Gamesa. Sus rotores son más grandes y las turbinas están más altas, lo que permite generar un tercio más de energía en las misma condiciones de viento.
Iberdrola está contribuyendo así a cambiar el equilibrio energético en Texas, hasta el punto de convertirlo en el principal generador de energía eólica de EE UU. “Era algo impensable hace solo 10 años”, añade Stiles, que también permite en su rancho la extracción de gas natural. De hecho, las dos fuentes de energía limpia conviven en simbiosis con la naturaleza, hasta el punto de que está abierto a la posibilidad de que el grupo español instale una turbina de generación.
El coste total de la inversión de Iberdrola en Peñascal asciende a 1.200 millones de euros
El 90% de la electricidad que se consume en esta región pasa por la red gestionada por el Electricity Reliability Council of Texas. La energía eólica, según sus cálculos, representa el 14% de la capacidad instalada en el estado y el 10% del consumo. Eso se traduce en unos 15.600 megavatios hora sobre un total de 77.000 megavatios que pueden circular por toda la red. El gas natural es la principal fuente en el mix, con el 41% del consumo, seguido por el 37% de carbón.
Las cerca de 9.400 turbinas que operan en Texas son capaces de alimentar a 3,6 millones de hogares. Como señalan desde el ERCT, se excede “ampliamente” el objetivo de los 10.000 megavatios que se fijó para 2025 en el plan de promoción de las energías renovables, que fue aprobado en 2005. Se está evitando así las emisiones que harían 5,3 millones de coches. Hay, además, 6.800 megavatios adicionales en fase de construcción, según la American Wind Energy Association.
Los gigantes quieren 'energía verde'
Gigantes corporativos como Facebook, Walmart o Google están comprando cada vez más energía de este tipo de fuentes verdes, como la que se produce en Texas. El viento genera electricidad en EE UU para alimentar 16,7 millones de hogares. La inversión destinada en todo el país a expandir esta fuente de energía supera los 100.000 millones desde la crisis financiera. “Esto es muy bueno para regiones rurales como la nuestra, porque genera empleo especializado”, valora Stile.
Iberdrola es la segunda empresa eólica en EE UU, por detrás de Nextera, con casi un 10% de la capacidad instalada. Los cerca de 6.000 megavatios que genera en el país son la mitad de lo que produce en todo el mundo. El grupo energético español entró en este mercado con la compra de Energy East en 2007, que va a consolidar a final de año al culminar la adquisición de UIL, momento en el que además cotizará en Wall Street. Está presente en una veintena de estados.
Pero el crecimiento de esta industria se enfrenta a un periodo de calma, por la amenaza política de que se pierdan unos incentivos fiscales esenciales para el desarrollo de esta fuente. Los conservadores ven estas ayudas como una manipulación del mercado. Por este motivo se vive en Texas y otras regiones una carrera constante para terminar los proyectos, como señalan desde AWEA. Este frenesí, de hecho, está provocando que haya también una cierta saturación.
Facebook, Walmart o Google compran cada vez más energía de fuentes verdes
“Se necesita un marco predecible”, comentan desde el lobby eólico, en un clamor que recuerda a la confrontación que se vive en Europa con los reguladores. La energía eólica compite, además, con las nuevas técnicas de producción de gas natural y petróleo. Los bajos precios de la energía fósil le crea aún más competencia porque la hace menos atractiva. El otro gran recto es lograr nuevas interconexiones a la red. “Hay cola para pedir turno”, indica Lalum.
Para los gestores de la red, el gran reto es predecir la producción de estos complejos, para poder integrarlos de una manera eficiente y mantener la estabilidad de un sistema que es cada vez más mixto. Los ingenieros de Iberdrola explican que hay una compenetración cada vez mayor entre con los productores de energía a través de gas natural para lograr ese equilibrio. La tecnología, concluyen, lo permite.
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