Estrella Galicia, la empresa en la que los trabajadores votan el ‘bonus’ de los directivos
La cervecera gallega aumenta su producción un 123% en solo seis años y rebasa la barrera de los 400 millones de euros de facturación
Entre cajas de cerveza y sacos de lúpulo en flor, en una setentera sala con barra de bar desde la que sus antepasados dirigían el negocio familiar y que ha sido reabierta este miércoles para la presentación de resultados, Ignacio Rivera, consejero delegado de Hijos de Rivera, admite que Estrella Galicia, la cuarta cervecera de España, ha batido “todas sus marcas”. En 2016 la firma nacida hace 111 años en A Coruña ha rebasado la barrera de los 400 millones de euros de facturación, pasando de los 362 de 2015 a 408, lo que significa un 12,75% más. En solo seis años, los que lleva ampliando mercados fuera de Galicia, la producción ha crecido un 123%, de los 106 millones de litros de 2010 a los 237 del año pasado, cuando la corporación obtuvo 49 millones de beneficio.
Bisnieto del fundador de la compañía, cabeza visible de la cuarta generación familiar que gestiona Estrella Galicia, Rivera capitanea un negocio peculiar, que crece ajeno a la crisis y en el que contar con una única fábrica se considera una ventaja. Una sola factoría supone, explica él, que la cerveza, sea cual sea el lugar donde se saboree, nazca siempre de la misma agua y de la pericia de los mismos maestros cerveceros. Con algo más de 800 empleados en España y un 90% de contratos indefinidos según datos aportados por Hijos de Rivera, los bonus de los directivos se someten a la votación de los trabajadores y dependen de su grado de satisfacción. Rivera cuenta que este año, como resultado de esa consulta, él ha cobrado el 80% del total que le correspondía en principio. “En una empresa en crecimiento es difícil que la satisfacción llegue al 100%”, arguye.
Estrella Galicia se ha lanzado a la experimentación y en 2017 espera sacar al mercado tres variedades nuevas de las que tienen ya prototipos. En una mini-fábrica construida en Chantada (Lugo) sus maestros cerveceros exploran nuevas combinaciones y sabores. “Ignacio nos ha dicho que soñemos y estamos buscando cosas que no son fáciles de encontrar”, cuenta Luis Alvar, su maestro cervecero, que prueba recetas con aderezos propios de la cocina gallega como el laurel. “Lo único que tienen prohibido es usar aditivos, potingues”, apunta Rivera. El consejero delegado de Hijos de Rivera repite que “la cerveza es cultura”, así que el esfuerzo por seguir innovando en esta bebida milenaria incluye, por ejemplo, el mestizaje trasatlántico, con el intercambio de tradiciones entre Alvar y el maestro cervecero de Estrella Galicia en Brasil.
Otro de los retos de estos cerveceros coruñeses es contar con sus propias cosechas de lúpulo gallego y con esa meta también están experimentando. “Nos gustaría tener un lúpulo propio para diferenciarnos. Estamos probando. Hay variedades que se dan mejor en Galicia y otras peor”, explica Rivera.
En Brasil, punta de lanza de su expansión internacional a siete países y en la que opera con una filial de 60 empleados, la empresa coruñesa aspira a abrir la que sería su segunda fábrica. En el continente americano, los grifos de los bares de EE UU, Argentina o Chile surten ya Estrella Galicia. La cerveza se envía desde A Coruña en barriles de plástico reciclable, que sustituyen al modelo retornable que siempre tenía que volver a saltar el charco. El objetivo de Hijos de Rivera es que en un futuro más del 10% de la facturación llegue de fuera de España.
El grupo familiar prevé rozar los 1.000 empleados este mismo año e invertir 300 millones en el próximo trienio, casi el doble que en el periodo 2014-2016. Con el consumo de cerveza creciendo un 4% en el último año, buena parte de este dinero se destinará a la ampliación de la fábrica del polígono coruñés de A Grela, que se convertirá, en palabras del consejero delegado de Hijos de Rivera, en “una de las mayores de Europa”, preparada para atender la gran demanda. Sobre el auge de las bebidas artesanas, Rivera cuenta lo que ha sentido siempre que ha conversado con productores de este tipo de cerveza: “A mí me parece que estoy hablando con mi bisabuelo y a ellos les parece que están hablando con su bisnieto”.
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