El gran concurso que genera polémica
El Gobierno acaba de convocar la subasta de hasta 3.000 megavatios de energía renovable bajo un complejo sistema
El Gobierno acaba de abrir una puerta que llevaba tiempo cerrada. Hace una semana publicó el real decreto para introducir 2.000 megavatios (ampliables a otros 1.000) de nueva potencia de generación renovable con la vista puesta en el cumplimiento del objetivo medioambiental 2020 marcado por la UE. España alcanzó en 2015 un 17,3% de consumo de renovables sobre consumo final, y ahora, con un crecimiento esperado de la demanda de un 0,8% para los próximos años, tendría que llegar al 20% en ese año. No es fácil, porque el sector lleva congelado mucho tiempo: entre 2012 y 2016 apenas se instaló nueva capacidad eólica o fotovoltaica.
El anuncio ha sido recibido por el sector con ambigüedad: nadie duda de que la convocatoria será un éxito de participación por el hambre de nuevas inversiones que vive el sector. Pero la mayoría de los expertos consultados critican errores en el diseño del concurso, algo que podría costar caro a los operadores en el futuro, dicen. De hecho, la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) ya ha solicitado al Tribunal Supremo que suspenda la subasta porque, creen, favorece a la energía eólica.
“Un molino de viento se parece a un panel fotovoltaico lo mismo que una zapatilla a un canario. Son cosas que no tienen nada que ver, y no pueden tener los mismos costes”. Jorge Fabra, de Economistas Frente a la Crisis, se muestra muy tajante a la hora de valorar el macroconcurso. “La pregunta que debería hacerse es: ¿quién ofrece el mejor precio en kilovatio/hora en renovables? Frente a eso establecen un coste de inversión estándar, algo totalmente intervenido”.
Desde la Asociación Empresarial Eólica (AEE), creen que el sistema es “mejorable”, y que faltan algunas piezas para conocer todos los detalles. “La regulación sigue teniendo sus lagunas. El marco retributivo ofrece revisiones de rentabilidad cada seis años, eso genera incertidumbre. Otros países han desarrollado modelos mucho más sencillos, como Argentina. Alemania, por ejemplo, ha planteado una subasta por cupos, porque en determinadas zonas es importante introducir una tecnología y en otras otra. Juntas dan la mejor combinación para el cumplimiento de los compromisos europeos y la política energética”, cree Juan Virgilio Márquez, su director.
Sin embargo, Juan Luis López Cardenete, profesor de Dirección Estratégica del Iese y exdirector general de la antigua Unión Fenosa, cree que las controversias “están dentro del marco de las discusiones razonables” y califica el enfoque del concurso de “correcto para España”.
“El menor coste”
El Ministerio de Energía que dirige Álvaro Nadal, sin embargo, sigue defendiendo que su plan supone “el menor coste posible para el consumidor” con tecnologías “neutrales, sin cupos preestablecidos por las distintas categorías de fuentes de energía”. Responde, según aseguró el ministro en el Parlamento, a “criterios competitivos” y será “tecnológicamente neutral”. La rentabilidad durante los seis primeros años de los parques está fijada en un 7,3%, pero después se abre la puerta a la revisión en base a una fórmula referenciada al bono español a 10 años más un diferencial. Ese es otro de los aspectos criticados por los operadores.
El presidente de la Asociación de Empresas de Energías Renovables, APPA, José María González, también ha pedido al Gobierno abrir un debate sobre la planificación energética ante la “incertidumbre” que, según él, rodea a la subasta que se celebrará en abril o mayo. “El sistema es tan complejo que es muy difícil adelantar la rentabilidad”.
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