El FMI adelantará fondos a Argentina para despejar el fantasma del ‘default’
Macri anuncia que el acuerdo garantiza el pago de los vencimientos de deuda hasta 2019
Argentina no entrará en default. No lo hará este año, ni el próximo. En un mensaje televisado de menos de dos minutos, difundido antes de la apertura de los mercados, el presidente Mauricio Macri anunció un acuerdo con el FMI para “adelantar todos los fondos necesarios” para cumplir con el programa financiero hasta diciembre de 2019. El dinero forma parte del rescate de 50.000 millones de dólares firmado con el Fondo en junio, pero ahora su envío a Buenos Aires no dependerá ni del calendario ni del cumplimiento de las metas fiscales. Macri ha intentado así neutralizar la desconfianza de los mercados hacia la capacidad de pago de Argentina, reflejada este mes en una subida del 23% del riesgo país y una depreciación del peso frente al dólar del 14%.
Argentina sufre el fortalecimiento del dólar a nivel global, como otros mercados emergentes. Pero siente mucho más la tormenta por su vulnerabilidad, producto de la necesidad de financiamiento de un déficit fiscal que supera el 4% del PIB. En mayo, cuando los mercados cerraron el grifo del dinero externo, Macri acudió al FMI, un “prestamista de última instancia”. El Fondo aportó 15.000 millones del primer tramo del acuerdo, pero no fue suficiente. Tras unas semanas de calma, la incertidumbre volvió a la economía Argentina y crecieron los rumores de una eventual cesación de pagos. El anuncio de Macri apuntó a despejar esas dudas, aunque sin montos ni fechas precisas.
“Esta decisión apunta a eliminar cualquier incertidumbre que se hubiera generado alrededor ante el empeoramiento del contexto internacional. Garantizar el financiamiento para 2019 nos va a permitir fortalecer la confianza y retomar el sendero de crecimiento lo antes posible”, dijo Macri. A cambio, Argentina se compromete a cumplir con las metas de reducción del déficit acordadas con el FMI, que prevén el equilibrio en 2020 y superávit en 2021. “De nuestra parte, acompañaremos este apoyo con los esfuerzos fiscales necesarios, trabajo en el que venimos avanzando muy bien”, agregó Macri.
El peso, en caída libre
El anuncio de que el FMI liberará los fondos necesarios para cubrir los costos de la deuda argentina no fue el bálsamo que Maurico Macri esperaba para los mercados. El dólar saltó más de dos pesos en las casas de cambio de Buenos Aires, hasta los 34,45 pesos por unidad, un 7% más que ayer y su mayor valor desde la salida de la convertibilidad en enero de 2002.
Tampoco alcanzó para detener la depreciación de la moneda argentina la oferta de 300 millones de dólares que hizo el Banco Central, la tercera venta consecutiva de reservas que realiza esta semana.
El acuerdo prevé la liberación de los fondos del acuerdo según las necesidades argentinas. Según el Ministerio de Hacienda, el dinero de este año ya está cubierto y para 2019 serán necesarios unos 8.000 millones de dólares para pagar deudas. El monto final es pura especulación, porque dependerá de qué actitud tengan los inversores antes los bonos en pesos que atesoran. El cálculo de Hacienda responde a una renovación del 40% de las letras, pero una estampida hacia el dólar puede multiplicar las necesidades de financiamiento en un escenario cada vez más refractario a las turbulencias de los emergentes.
El problema para Argentina es que la llegada de nuevos fondos del FMI depende de las auditorias que sus técnicos realizan sobre variables como la inflación y el déficit fiscal. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, pasó esta semana la primera prueba y consiguió la liberación de un nuevo tramo de 3.000 millones de dólares, pero sin despejar las dudas sobre los futuros desembolsos. Con este nuevo acuerdo, Argentina podrá decir a los inversores que cuenta con el dinero suficiente para enfrentar cualquier tormenta, al menos durante los próximos 16 meses.
La economía es el principal dolor de cabeza de Macri. Argentina entra en 2019 en año electoral y los números no pueden ser peores para las aspiraciones de reelección del Presidente. El presupuesto de 2018 preveía una inflación del 15,7% y hoy los cálculos más optimistas hablan de un 32%; el dólar debía estabilizarse en torno a los 19 pesos y ya rompió la barrera de los 32 pesos; el PIB no subirá 3,2%, como dijo el Gobierno en diciembre, sino que caerá 1%, en el mejor de los casos. Todas las previsiones se han hecho añicos y la ayuda del FMI no logró hasta ahora detener la curva descendente ni calmar los nervios de los inversores.
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