La respuesta digital al turismo sostenible
Airbnb pone al municipio barcelónes de Igualada y la comarca de l'Anoia en el mapa como destino preocupado por el entorno a través de un programa conjunto con el Ayuntamiento, vecinos y emprendedores
Las plataformas digitales que alquilan pisos turísticos, casas rurales y ahora hoteles han llegado para quedarse. Han cautivado a los más jóvenes (y no tan jóvenes) como una nueva forma de viajar. La inmediatez en la reserva, propia de los millennials, y el precio más bajo han sido los ganchos de su éxito. Ahora su objetivo es crear destinos sostenibles donde no los hay.
Frente a las tradicionales recetas basadas en la implantación de grandes infraestructuras del estilo de parques temáticos o grandes complejos hoteleros, “las herramientas digitales no necesitan esas infraestructuras, sino que aprovechan y optimizan las existentes”, cuenta Arnaldo Muñoz, director general de Airbnb Marketing Services, SL. Esta plataforma ha comprometido cinco millones de euros para apoyar proyectos turísticos sostenibles con el fin de “empoderar a las comunidades locales y democratizar los beneficios entre sus habitantes”.
De entre los más de 500 acuerdos que esta empresa ha firmado hasta ahora, con regiones en todo el mundo, Igualada y la comarca de l'Anoia (a 50 km de Barcelona y 20 del Monasterio de Monserrat) se ha conformado como una de las más destacadas iniciativas de digitalización de Airbnb, por su gran potencial como destino sostenible.
Igualada no tiene una Sagrada Familia ni playa, y nunca ha sido un destino turístico. De hecho, cuenta con una limitada oferta de alojamiento, apenas 700 plazas hoteleras y 600 hospedajes rurales en toda la comarca, básicamente industrial en textil y cuero. Pero según aclara su alcalde, Marc Castells, “tiene bodegas, siete denominaciones de origen a tiro de piedra, gastronomía, patrimonio, naturaleza”. Algo que hoy por hoy encanta a los turistas extranjeros y nacionales.
Además, cuenta con experiencia en la celebración de eventos internacionales, entre los que destacan uno de los mayores festivales de globos aeroestáticos de Europa (European Balloon Festival) o REC, un relevante mercado de moda al aire libre.
“Poner en valor todos esos recursos y situar a Igualada en el mapa del turismo sostenible” es el objetivo marcado en este proyecto conjunto, llamado Igualada New Healthy Destinations Lab, que, según explica Castells, quiere potenciar los atractivos del territorio para atraer al turista que busca autenticidad, libertad, experiencias y una buena acogida. En paralelo, recuerda, la ciudad cuenta ahora mismo con más de dos mil viviendas vacías, de manera que la apuesta por el turismo podría suponer no solo nuevas oportunidades económicas para la ciudad y la comarca, sino un estímulo para la recuperación de estas casas. En todo caso, aclara Castells, la apuesta por el turismo se debe llevar a cabo “de forma pausada y estudiada, para evitar una afluencia masiva”.
“Qué mejor forma de llegar al público de todo el mundo”, exclama Fran Juárez, dueño de Caminos de Agua, una micropyme local organizadora de experiencias de naturaleza por los humedales y acuíferos de los alrededores de Mont-serrat. Desde su entrada en Airbnb, la empresa ha empezado a recibir turistas americanos y canadienses, lo que “está beneficiando, además, a los restaurantes, los comercios y casas rurales de la zona, ahora más conectados”. Porque, según los datos que manejan en Airbnb, está demostrado que el 42% de los gastos de los huéspedes se realizan en el barrio en el que se alojan.
La misma experiencia relata Beatriz Ayuso, propietaria de una masía del siglo IX (La Isla Verde), totalmente restaurada y ecologizada. “Hay un antes y un después de la digitalización, porque abre una ventana al mundo”, dice Ayuso. “La ecología se ha convertido en un imán para los extranjeros, que vienen a vivir esta experiencia sobre todo en verano, pero también para los españoles, cada vez más seducidos por las escapadas rurales”.
Precisamente, la sostenibilidad y la ecología representan uno de los atractivos de Airbnb, donde el 88% de sus anfitriones incorporan medidas ecológicas a sus prácticas de hospedaje, que constituye, además, una seña de identidad de Cataluña.
Iniciativas como la de La Isla Verde ayudan a que los beneficios reviertan en los residentes, ya que este tipo de alojamientos, autosuficientes en el suministro, usan solo recursos locales y se nutren de productos de los comercios y servicios autóctonos.
El programa Igualada New Healthy Destinations Lab, amparado por la Oficina de Turismo Sostenible creada el pasado año por Airbnb, incluye talleres que se desarrollan en estos momentos para definir las líneas estratégicas de un modelo sostenible, fomentar la creación de propuestas innovadoras con el puntal de la tecnología digital, ofrecer herramientas para la creación de experiencias gastronómicas, de naturaleza, nuevos alojamientos… “La única forma de evitar la saturación de los destinos es atraer a los visitantes con una oferta diferencial para que se produzca la dispersión geográfica”, explican desde Airbnb.
Además, el proyecto ha previsto para mayo un evento internacional (New Destinations Summit) en el que expertos internacionales del sector debatirán las últimas tendencias del turismo sostenible, como el comportamiento de los viajeros o el poder de las redes sociales de cara a definir el modelo.
África y el astroturismo, las dianas del futuro
Airbnb está desarrollando más de un centenar de proyectos en todo el mundo actualmente. La plataforma está presente con alojamientos en 81.000 ciudades, más de 191 países, 20.000 experiencias, seis millones de anuncios y ya ha alojado a más de 400 millones de turistas desde su fundación en 2008.
En España ha financiado un festival internacional anual de películas sobre viajes y ecología centrado en sostenibilidad, desarrollo y turismo natural (Terres Catalunya-Eco & Travel Film festival); emprendedoras en el sector viajes; startups de viajes sostenibles y la comunidad de pequeñas empresas LGTBI en Cataluña. Pero también ha ayudado a promover el astroturismo colaborando con el Instituto de Astrofísica de Canarias.
Otra de sus dianas es África, donde ha comprometido un millón de dólares hasta 2020 para promover proyectos de turismo que ayuden a acelerar el crecimiento económico.